miércoles, 13 de marzo de 2013


 





Cuando un cardenal obtenga la mayoría necesaria de dos tercios de los votos para ser elegido Papa, el cardenal diácono más joven llamará para que entren en la Capilla Sixtina al secretario del Colegio Cardenalicio y al maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias. Al elegido se le pregunta en latín: "Acceptasne electionem de te canonice factam in Summum Pontificem?" (“¿Acepta su elección canónica como Sumo Pontífice?”). Si responde "accepto" (“acepto”), tal como se espera, entonces se le preguntará: "¿Quo nomine vis vocari?" (“¿Qué nombre escogerá?) Se supone que el nuevo pontífice tiene que haberse preparado de antemano y haber seleccionado un nombre.
Las papeletas que sirvieron para la votación se quemarán en una de las dos estufas instaladas en la Capilla Sixtina, mientras la otra se usa para la fumata blanca, el humo blanco que anuncia la elección. 
El sucesor número 266 de San Pedro, el nuevo líder de la Iglesia Católica, vestirá por primera vez la indumentaria papal, que ya ha sido confeccionada en tres tallas por la sastrería Gammarelli en Roma. Estos preparativos tienen lugar en el Salón de las Lágrimas, junto a la Capilla Sixtina, llamado así por las lágrimas que a lo largo de la historia los diferentes papas han derramado una vez electos.
Tras la fumata blanca y el repique de campanas en la Basílica de San Pedro pueden transcurrir entre 30 minutos y una hora hasta que nuevo Papa haga su aparición en el balcón central de la basílica. 
El cardenal protodiácono Jean-Louis Tauran será el primero que anuncie a los fieles y curiosos concentrados en la plaza de San Pedro que ha sido elegido un nuevo Papa. 

La fórmula tradicional es "Nuntio Vobis Gaudium Magnum, Habemus Papam" (“Les anuncio con gran alegría. Tenemos un nuevo Papa), seguido del nombre del nuevo pontífice. Sólo entonces se conocerá quién ha sido elegido.
El nuevo Papa aparecerá en el balcón y pronunciará el "Urbi et Orbi", bendiciendo a todos los asistentes.

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