lunes, 23 de noviembre de 2015

Para Sergio Massa, el próximo presidente será Macri


El líder del Frente Renovador instó a no votar en blanco, y aseguró que la “enorme mayoría” de sus votantes optará por el líder del PRO.
El ex candidato presidencial de UNA, Sergio Massa, aseguró hoy que la “enorme mayoría” de quienes lo apoyaron el pasado 25 de octubre “van a votar” a Mauricio Macri en el ballottage y estimó que el aspirante del frente Cambiemos “gana” la puja del domingo próximo frente a su oponente oficialista, Daniel Scioli.


Massa pidió al electorado que el domingo se pronuncie a favor de uno u otro de los postulantes: “El país necesita que nos juguemos y yo le aconsejaría a toda la gente, a los que me votaron a mí y que, por ahí, sienten que ninguno de los dos los completa, que no voten en blanco, aún a riesgo de equivocarse”, abogó.


“Hay una enorme mayoría de los que nos votaron que van a votar a Macri. Pero también hay un grupo importante que son los laburantes, clase media, que tienen miedo al ajuste que va a votar a Scioli y una porción chiquitita que va a votar en blanco”, evaluó, cuando se le preguntó por quién se inclinarían las más de 5 millones de personas que lo respaldaron en la primera vuelta electoral.


Consultado sobre quién cree que ganará la segunda vuelta electoral señaló que aunque “Scioli la tiene complicada” lo ve “peleando” y cree que finalmente “gana Macri”: “Hoy pareciera todo indicar que gana Macri, pero faltan 48 horas y yo lo veo a Scioli con la guardia levantada peleando; cuando estás peleando, estás peleando y estás vivo”, subrayó.


Massa se negó a revelar por quién sufragará el próximo domingo porque, señaló entre risas, “el voto es secreto”. Sin embargo, cuando se le recordó que, tras la primera vuelta electoral, él mismo había dicho que no iba a votar por el candidato del Frente para la Victoria, Massa puntualizó: “Dije que no quería que gane”.


Sobre Felipe Solá, quién pareció ayer haber dado indicios de que iba a respaldar a Scioli -durante una reunión con dirigentes peronistas en el Museo Evita-, Massa relativizó esa interpretación: “No, no, fue ayer en el cumpleaños de Pepe (el ex secretario de Medios del kirchnerismo, José Albistur), en el Museo. El problema es que un ballotage es una elección de opción que se hace tan aburrida que cualquier cosa que sirve para generar una noticia, genera una noticia”, advirtió y apuntó al “Gobierno y a los medios paraoficiales” por esa especulación.


Respecto de quién, a su juicio, triunfó en el histórico debate que protagonizaron ambos candidatos presidenciales el domingo pasado, el diputado nacional bromeó: “Juliana con el beso final”. Se refirió así al romántico saludo que Macri recibió de su esposa tras el mano a mano con Scioli, que fue reproducido por todos los medios de prensa y comentado profusamente por las redes sociales: “Fue la mejor del debate; además, estaba vestida de blanco, el escenario estaba muy mal iluminado y relucía mucho más”. Ya con con tono más serio, expresó que el debate tuvo “mucha chicana y poca propuesta” y opinó que ninguno de los postulantes “logró enamorar”.


Finalmente, se manifestó convencido de que cualquiera sea el próximo Presidente de la Nación, “en los dos casos”, el costo de vida seguirá alto, lo que atribuyó a “la inercia inflacionaria”. Sin embargo, afirmó tener la “sensación de que ninguno de los dos candidatos vaya a plantear un camino doloroso” para sanear la economía:“Por lo menos es lo que dijeron los dos; espero que no haya ajuste por parte de ninguno de los dos”, concluyó.

Macri se impuso en el ballottage y puso fin a 12 años de hegemonía kirchnerista


El candidato de Cambiemos superó por casi tres puntos a Daniel Scioli y reemplazará en la presidencia a Cristina Kirchner, el 10 de diciembre; la base de su triunfo estuvo en el centro del país; participó el 80,92% del padrón electoral
En una jornada electoral histórica, el veredicto de las urnas fue contundente: Mauricio Macri será el futuro presidente de los argentinos a partir del 10 de diciembre y por los próximos cuatro años. Un triunfo que pone fin a doce años consecutivos de gobierno kirchnerista.
En el primer ballottage de la historia de nuestro país, el candidato de Cambiemos se impuso anoche con el 51,45 por ciento de los votos, con una ventaja de poco menos de 3 puntos sobre su rival del oficialismo Daniel Scioli, que obtuvo el 48,55% de los sufragios. Esta diferencia,mucho más exigua de la esperada en Cambiemos, le permitió a Macri revertir el resultado de la primera vuelta electoral, cuando salió segundo con el 34,15% de los sufragios. Ayer se dio vuelta la taba y, con poco más de 12,7 millones de votos, Macri superó en 17 puntos su marca del 25 de octubre pasado.
Visiblemente emocionado, el flamante presidente electo apareció en escena minutos antes de las 22, cuando la tendencia ya era irreversible. “Le pido a Dios que me ilumine para poder ayudar a cada argentino a encontrar su forma de progresar. Yo estoy acá porque ustedes, así que les pido por favor, no me abandonen, sigamos juntos”, exclamó Macri, quien ya había recibido sendas llamadas de felicitación de parte de Scioli y de la presidenta Cristina Kirchner.

La mandataria saliente lo recibirá mañana, a las 19, en la residencia de Olivos.   Anoche, pese a que se estimaba un triunfo por una diferencia mayor, todo era alegría y festejos en el búnker de Cambiemos, un entusiasmo que se contagió en los alrededores del Obelisco y en distintos centros urbanos del país. En medio de una ovación y bajo una lluvia de papelitos, Macri agradeció especialmente a sus socios electorales, Ernesto Sanz (UCR) y Elisa Carrió (Coalición Cívica), con cuyas fuerzas políticas articulará un gobierno de coalición.
Empero, en su primer discurso como presidente electo, Macri evitó dar demasiadas definiciones al respecto, como tampoco sobre qué pasos seguirá en estos escasos 18 días de transición hasta el 10 de diciembre, cuando se produzca el traspaso de poder. Sólo repitió algunas de las promesas que había vertido durante la campaña.

“Este cambio no es revancha ni ajuste de cuentas porque hay que poner la energía para construir la Argentina que soñamos, con pobreza cero, con la lucha contra el narcotráfico, con la unión de los argentinos para tener mejor calidad democrática”, enfatizó Macri, mientras se abrazaba con sus colaboradores y su esposa, Juliana Awada. La jornada electoral se desarrolló sin mayores contratiempos, con un alto porcentaje de participación ciudadana (el 80,92% del padrón).

El voto en blanco y nulo, fomentado por fuerzas de izquierda, finalmente no resultó relevante en el conteo general: entre ambos reunieron el 2,51% del total de los sufragios.   Como contracara de tanto festejo y lágrimas de alegría, en el hotel NH Bolívar, el búnker del oficialismo, todo era tristeza y caras largas. A las 21.34, Scioli reconoció su derrota, acompañado por su candidato a vicepresidente, el ultrakirchnerista Carlos Zannini.

Detrás de ambos posaba el elenco más fiel del sciolismo, todos ellos con sus rostros demudados por la derrota. Los gobernadores peronistas -salvo Maurice Closs (Misiones) y Juan Manuel Urtubey (Salta)- brillaron por su ausencia; resignados a un fracaso electoral anunciado, sus únicas expectativas apuntan ahora a negociar con el presidente electo.   “He defendido con mucha convicción mis ideas, estos logros, pero los resultados ya muestran una tendencia definitiva”, reconoció Scioli, quien hasta el final exaltó el gobierno kirchnerista.


El factor peronista

La única alegría que podía exhibir Scioli era el triunfo del oficialismo en 14 de los 24 distritos: Catamarca, Corrientes, Chaco, Chubut, Formosa, Misiones, Neuquén, Río Negro, Salta, San Juan, Santa Cruz, Santiago del Estero -donde el oficialismo arrasó en las urnas,con el 72% de los votos-, Tucumán y Tierra del Fuego.

A este lote se sumaba, al cierre de esta edición, la populosa Buenos Aires, donde Scioli se imponía por tres puntos de diferencia (51,12% a 48,88% de los sufragios). Este triunfo de Scioli en su provincia -sobre todo en el conurbano bonaerense- refleja a las claras hasta qué punto lo perjudicó, en la primera vuelta electoral, la candidatura a la gobernación de Aníbal Fernández -impuesto por Cristina Kirchner-, quien finalmente cayó ante María Eugenia Vidal (Cambiemos).

Macri, por su parte, se imponía en las provincias más importantes: Capital (donde gobernará su delfín, Horacio Rodríguez Larreta ), Córdoba (donde cosechó su mayor triunfo con el 71,51% de los votos), Santa Fe, Mendoza y Entre Ríos. También ganó en Jujuy, La Pampa, La Rioja y San Luis.

El triunfo ayer de Cambiemos inaugura una nueva etapa política en el país y, al mismo tiempo, le depara al flamante presidente electo varios desafíos. En lo político, Macri deberá convivir con la mitad de un país gobernado por el peronismo, espacio político que, además, dominará el Senado y retendrá la primera minoría en la Cámara de Diputados, aunque en este caso lejos del quorum.

Este escenario obligará a Macri a negociar con los principales dirigentes del peronismo, que ya preparan su reconversión para despojarse de su ropaje kirchnerista. Algunos de ellos, como Sergio Massa y José Manuel de la Sota, planean erigirse en los principales interlocutores peronistas frente al nuevo gobierno y ayer lo hicieron explícito.   Massa, quien había obtenido poco más de 21 puntos en la primera vuelta electoral, celebró el triunfo de Macri. “Hoy los argentinos empezamos una nueva etapa en nuestra historia. Nos van a encontrar apoyando y señalando”, señaló Massa en Tigre, rodeado de colaboradores.

“No perdió el peronismo, sino que perdieron los usurpadores”. sentenció, por su parte, el gobernador de Córdoba, De la Sota.   El otro desafío que le espera a Macri es un delicado escenario económico que le dejará el kirchnerismo.   El cepo cambiario, la constante caída de reservas en el Banco Central, un déficit fiscal creciente, la negociación con los holdouts, atraso cambiario, una inflación que no baja del 24 por ciento anual y un estancamiento en el empleo desde hace un par de años. El flamante presidente electo aún no anunció quién será su ministro de Economía.

“Comienza una etapa maravillosa en la Argentina sin revanchas ni ajustes de cuentas. Hoy es un día histórico, un cambio de época”
“Que los que no me votaron se sumen porque la Argentina necesita que todos desarrollemos nuestras capacidades para lograr el país que soñamos”
“Les pido que por favor no me abandonen, que sigamos juntos”
“Le pido a Dios que me ilumine para ayudar a cada argentino a encontrar su forma de progresar”
“Es un cambio que nos tiene que llevar al futuro, a las oportunidades para crecer y progresar”

A favor

Macri triunfó con el 51,45% de los votos, a menos de tres puntos de distancia de Daniel Scioli, que obtuvo el 48,55%. Se hizo fuerte en el centro del país


En contra

El Frente para la Victoria triunfó en 14 provincias, dominará el Senado y tendrá la primera minoría en la Cámara de Diputados

domingo, 22 de noviembre de 2015

Massa: "Es un día muy importante para la democracia porque empieza una nueva etapa en la Argentina"





El diputado nacional Sergio Massa emitió su voto en la EP 19, "Martín Fierro" de Rincón  de Milberg, Tigre. Allí llegó acompañado por su esposa, Malena Galmarini, su hija Milagros, y por el intentente de Tigre, Julio Zamora. 

En ese marco, destacó: "Es un día muy importante para la democracia porque empieza una nueva etapa en la Argentina". 

Los consultores y analistas coinciden en un triunfo de Mauricio Macri


Berensztein criticó que “venimos de ser gobernados por médicos brujos”. Haime advirtió que las “últimas 48 horas serán cruciales”. Zuleta Puceiro describió un “vuelco antigobierno”.
Analistas y consultores coinciden a horas de la veda electoral en dar por claro ganador a Mauricio Macri. Tanto Sergio Berensztein, Hugo Haime y Enrique Zuleta Puceiro afirman que Macri tiene una amplia ventaja. La única diferencia entre las encuestas es cuán grande es esa brecha.

Para el politólogo Sergio Berensztein, quien quiera que sea el ganador este domingo deberá construir “consenso” para poder gobernar con equilibrio. El analista político anticipó además quién será el ganador de las elecciones según sus proyecciones.

En declaraciones al programa Pazos en el aire, por Radio Uno, Berensztein coincidió con el resto de las encuestas en que el ganador del balotaje entre Scioli y Macri será este último. “Hay un consenso bastante amplio. Lo único que está en discusión es la diferencia de votos por la que va a ganar”, dijo y remarcó que distintos analistas consideran que “la diferencia puede ser entre 5 u 8 puntos y algunos se animan hasta una diferencia de 16 puntos“. Aunque advirtió: “Tenemos que esperar para ver el porcentaje de los votos en blanco. Que no se cuenta. Si tenés mucha gente que vota en blanco, entonces el resultado será más abultado”.

Berensztein puso el foco en la fiscalización de las elecciones. “Hay problemas para ambas fuerzas, a pesar de que dicen que están bien preparadas”. “En muchos distritos donde los intendentes oficialistas han perdido las elecciones no creo que haya mucha fuerza fiscalizadora. En otros distritos, en el norte por ejemplo, mucha gente quiere fiscalizar, aunque no sabemos si habrá en todas las mesas fiscales”, remarcó.

“Una victoria apabullante le daría un mayor capital político. Pero el próximo presidente va a tener que negociar sea quien sea”. Respecto a si la diferencia de votos resulta importante para medir la legitimidad política del ganador, dijo que “ya no existe mas esa idea de “hay que ser un Presidente fuerte para gobenar”. El que gane va a tener el apoyo de la ciudadania porque “el pueblo lo que quiere es equilibrio de poderes“.”La sociedad quiere equilibrios de poderes. el próximo presidente tiene que entender que el balance de poder es distinto a lo que vimos hasta ahora. Hay que construir consenso, no se puede gobernar de otra forma”

El analista fue contundente: “Ganar no significa tener el poder“. “El poder lo tiene la sociedad, las concepciones autoritarias del poder que imperaron durantes estos años fueron derrotadas en las elecciones porque ninguno de las candidatos las defendía”.

Por último, se refirió al fin del mandato de los “médicos brujos”. “El presidente debería haber sido siempre el presidente de todos los argentinos. No fue así. Porque hubo un proyecto transformacional desde el Ejecutivo para modificar las bases organizativas, ideológicas e institucionales desde la sociedad argentina. Eso fue lo que fracasó. Ahora vamos a una situación totalmente distinta donde los dilemas de gobernabilidad son realmente extraordinarios. Tanto en términos de construcción, del elenco gobernante que puede hacer frente a las dificultades. Venimos de ser gobernados por médicos brujos, hay que poner de vuelta a los científicos tomando decisiones. Se destruyó la burocracia. Se destruyó la credibilidad de la palabra pública. No hay estadísticas”.

Por su parte, Enrique Zuleta Puceiro opinó: “Es una elección abierta, con ventajas para Macri. Hay algo en esta elección de ‘Pasado vs Futuro’, y planteado de esta forma siempre gana el futuro. Aun cuando éste no tenga nada, esté vacío”. “Hay un vuelco ‘antigobierno’, buscando el cambio. Pero Scioli también es parte de ese cambio”.

En esta linea agregó “es una elección donde se deciden cosas importantes, y no hay nadie que vaya a votar con miedo. Hace años que la elección no está tan idependiente de otros poderes, como el económico”. Con miras al resultado, expresó: “No creo que haya un empate técnico, reitero para mi es una eleccion abierta”.

El consultor Hugo Haime dialogó también con Nancy Pazos y comentó: “Hoy por hoy los números están indicando un resultado a favor de Macri pero con matices”. Sin embargo se mostró prudente ya que consideró que aún hay un amplio sector que parece no haber definido aún su voto. Para Haime, las últimas 48 horas antes del balotaje serán cruciales. “Creo que serán definitivas porque hay mucha exposición mediática de ambos”, dijo.

Massa: “La mayoría de los que nos votaron van a elegir a Macri” en el balotaje


El líder del Frente Renovador aseguró que sus electores optarán por el candidato de Cambiemos, pero aclaró que “también hay un grupo muy importante de laburantes y clase media que irán con Scioli”. Pidió no votar en blanco. “En la vida hay que jugarse, aún a riesgo de equivocarse”, dijo
El líder del Frente Renovador y ex candidato presidencial de UNA, Sergio Massa, habló del balotaje del próximo domingo y pidió no votar en blanco.

Y analizó cómo se comportarán sus electores. “Hay una enorme mayoría de los que nos eligieron en primera vuelta que va a votar a (Mauricio) Macri, pero también hay un grupo muy importante de laburantes y clase media que van a votar a (Daniel) Scioli. Y una porción muy chiquitita va a votar en blanco”, dijo este miércoles.
Aunque se negó a revelar la boleta de quién meterá en la urna el domingo, el tigrense aclaró que no está de acuerdo con el voto en blanco. “En la vida hay que jugarse, aún a riesgo de equivocarse”.

Mientras la Argentina decide quién será el sucesor de Cristina Kirchner, Massa ya piensa en su construcción para lo que vendrá. Tras la reunión que mantuvo este martes con la líder de Progresistas, Margarita Stolbizer, el ex jefe de Gabinete anunció que la semana que viene lanzarán juntos “un paquete de leyes anticorrupción”.

Scioli bromeó con un tango y tuvo casi un acto de campaña antes de votar

Con frases de campaña y una barra que cantaba "Se siente, se siente, Scioli presidente", el candidato del Frente para la Victoria votó en una escuela de Tigre poco después de las 9.30.

Vota Daniel Scioli. (Imágen TV)


Un sereno y verborrágico Daniel Scioli fue el primero de los dos contendientes en el balotaje en depositar su voto, esta mañana, poco después de las 9.30 en una escuela de Tigre. Al borde de romper la veda, por sus palabras y por los cantos de la barra que lo acompañó, el candidato del Frente para la Victoria tuvo casi un último acto de campaña y pidió a la gente "votar en defensa de su futuro".
Scioli votó en la escuela EP 16 de Dique Luján, en Tigre. Además de la nutrida y obvia guardia periodística, el gobernador bonaerense fue acompañado por una barra que, mientras el candidato posaba para las fotos con el sobre en su mano, cantaba "Se siente, se siente, Scioli presidente".
El gobernador bonaerense se tomó más de media hora para responder preguntas después de pasar por el cuarto oscuro, en lo que fue prácticamente un último llamado al voto. Estuvo acompañado por su esposa, Karina Rabollini, quien vestía camisa naranja, y por su hija Lorena, quien llevaba un atuendo similar pero en amarillo. Consultada por el canal TN sobre la similitud con el color usual en el PRO, la hija de Scioli se atajó y aclaró que se trataba de "verde limón".
Ante los micrófonos, el postulante del FpV se mostró confiado. Y se permitió una broma tanguera: destacó como un logro haber llegado al balotaje para enfrentarse con Mauricio Macri, de Cambiemos, y señaló que "como dice el tango, mano a mano hemos quedado".
Scioli también pidió a la gente "votar en defensa de su futuro". Y volvió a citar al papa Francisco para pedir que se vote "con conciencia".
"Hoy gana la gente", expresó. Y sonriente, chicaneó: "Es un gran día argentino y un día pero... (sin terminar la frase), y ahí me quedo", dijo para sortear la veda.
De todos modos, luego reclamó a los ciudadanos que "elijan el mejor camino de la estabilidad social, económica y política" y les pidió que "piensen en su salario, en su trabajo", por lo que solicitó "el voto a lo seguro, el voto a lo confiable, el voto a mantener lo que hay que mantener".
Consultado sobre Macri, el gobernador fue cauto: "Yo no voy a hablar de mi curcunstancial adversario político". Y repitió el mantra que en los últimos días de campaña había abandonado en pos de las críticas a su rival: habló de encarar lo que viene "con fe y optimismo".

viernes, 13 de noviembre de 2015

Roberto Passo: “Los vecinos de Tigre votarán a Scioli”



El ex diputado provincial, Roberto Passo, brindó una entrevista televisiva donde habló sobre el balotaje presidencial, los votantes de Tigre, la gobernación de Daniel Scioli y cuál es la expectativa del resultado electoral por parte de los trabajadores.

“Massa dijo que no acompaña a ninguno de los dos candidatos a presidente, y esto trae una ventaja para Daniel,  ya que la mayoría de los votantes de Sergio (Massa) vienen del peronismo, y seguramente votarán al candidato peronista que es Scioli”, afirmó Roberto Passo.

Consultado por los nuevos spots de cara al balotaje, el ex legislador provincial aseguró que “Scioli es un tipo muy afectuoso con el cual se puede charlar a fondo cosas importantes” y continuó al decir que “se han percibido las cosas que hay que mejorar y Daniel ha tomado nota de ello y por eso se ha mostrado más Scioli que nunca”.

“Daniel ha sido gobernador ocho años y no le han impuesto ni un solo ministro, a pesar que desde el año 88 la coparticipación de la Provincia ha sido de seis puntos y medio menos, las cosas se han hecho, las obras quedan”, enfatizó Passo.

“Los trabajadores tienen miedo ante un cambio de modelo, ya que en estos últimos doce años se han logrado grandes avances, por ejemplo, en el gremio  del cual soy titular hemos llegado a acuerdos en las paritarias sin la necesidad de un solo paro, y esto fue así en el 99 por ciento de todos los gremios”, remarcó Passo, secretario general del Sindicato de Trabajadores del Automóvil Club Argentino.

“Poco se dice de que Scioli ganó en el país por tres puntos, y ganó la Provincia por cinco, lo cual es muy importante”, destacó Passo y finalizó al decir que “tengo la convicción de que Daniel Scioli será el próximo presidente de los argentinos”.

martes, 10 de noviembre de 2015

Massa juntó a su tropa y advirtió a los que busquen "carguitos"

BALOTAJE 2015.El líder del Frente Renovador quiere evitar cualquier baja. "Estamos para controlar, no para co-gobernar", avisó.

Massa, con Lavagna a su lado, en la reunión de ayer en Tigre. (prensa FR).


Antes del cierre de listas del 20 de junio, vivió una diáspora que casi lo deja en el cementerio electoral. Ahora, entusiasmado por los más de 5 millones de votos que obtuvo en la primera vuelta electoral, Sergio Massa busca retener a la tropa. Conocedor de las debilidades de los dirigentes, el líder del Frente Renovador teme la partida de alguno de ellos para ocupar lugares en la presidencia que ganarán Mauricio Macri o Daniel Scioli. Ayer, hizo otra reunión de contención: dijo que su fuerza está para "controlar y no para cogobernar" y advirtió a los que busquen "carguitos".
Fueron unas tres horas de intercambio, en el Club de la Marina de Rincón de Milberg, partido de Tigre. Se dispuso una amplísima mesa rectangular, con el ex intendente como epicentro y sus aliados a los costados. A su derecha sentó a Roberto Lavagna. A la izquierda, a otro economista que estuvo con Eduardo Duhalde: Aldo Pignanelli.
En la reunión, Massa le encargó a Daniel Arroyo (desarrollo social), Gustavo Iaies (educación), Pignanelli (economía) y Diego Gorgal (seguridad), "la tarea de presentar el plan de trabajo, de recorridas, y de temas para el 2016", según informaron fuentes massistas. Estos dirigentes, entre otros, eran los candidatos a integrar un gabinete nacional si el candidato de UNA ganaba la elección. 
Massa intenta mantenerse en la agenda política y de los medios, después de la derrota en la primera vuelta. Y como en la campaña lo que mejor le funcionó fue su catarata de propuestas, la idea es seguir por ese camino. Ayer, ampliaron en el massismo, se definió "funcionar en tres campos: escuela de Gobierno, equipo de apoyo para los gobiernos locales de nuestro espacio, y una fundación que genere actividades difusión de ideas".
Pero más allá de las formaldades, el líder del espacio fue enfático en el rol que aspira para su fuerza: "Nos votaron para controlar y hacer cumplir, no para cogobernar. El que acepte un cargo lo hace a título personal". Por si quedaban dudas, repitió: "Nuestra tarea es proponer, y controlar. Y ejercer nuestro rol desde los órganos de control".
Con lenguaje más llano, luego explicó: "No nos acompañaron cinco millones y medios de votos para andar buscando carguitos, tenemos que empujar los cambios que la sociedad reclama". 
En un momento, el que tomó la palabra fue Lavagna. También habló del futuro: "Empezamos a trabajar en consolidar el 2016 la escuela de Gobierno, proponer soluciones a los problemas de la Argentina, y consolidar un equipo con mirada de largo plazo. Esa es nuestra obligación, y ese es mi compromiso".
Además de Pignanelli, lo esuchaban otros economistas, como Martín Redrado, Ricardo Delgado, Guillermo Nielsen y Marco Lavagna (hijo del ex ministro). También estaban Carlos Hourgbeit, Sergio Federoviski, Roberto García Moritan, Carlos Garetto, Diana Saiegh, Pedro del Piero y Ramiro Gutiérrez.

Militantes K irrumpen en colectivos y trenes para hablar mal de Macri


Circulan en las redes sociales videos de militantes de La Cámpora y La JP Descamisados, en ellos se ve como militantes intentan exponer las propuestas de Macri y critican duramente la campaña de Mauricio Macri, una especie de “campaña ambulante”, si bien la iniciativa es original, los trabajadores de los trenes, la rechazan.
De cara a al balotaje del 22/11 el kirchnerismo se muestra desesperado por la posible derrota frente al candidato presidencial de Cambiemos, Mauricio Macri.

Es por esto que los militantes no solamente intensificaron sus actividades y en esta cruzada por conseguir su objetivo cualquier recurso es válido. A nivel macro la campaña se intensifica a través de los diversos medios cooptados por el oficialismo.

A nivel micro, los militantes llevan también adelante la “campaña sucia”. En este caso la JP Descamisados llevó adelante una jornada de militancia en el conurbano bonaerense. La misma consiste en subir al transporte público y al mejor estilo vendedor ambulante contar las propuestas de Daniel Scioli y criticar duramente las de Mauricio Macri, afirmando que las mismas perjudicarán a aquellos que opten con su voto por el espacio Cambiemos.

En muchos casos se produce el efecto contrario al deseado por los militantes ambulantes k. Laburantes cansados, hartos de la campaña no tiene paciencia para escuchar estos planteos de evangelización política.

La soja puede comprar en Uruguay el doble de bienes que en el país


Afirman que, por las retenciones y el tipo de cambio, el productor local tiene cada vez más dificultades.
Por el peso de las retenciones y la distorsión cambiaria, un productor argentino puede estar obligado a vender hasta más del doble de granos que su par uruguayo si quiere comprar la misma cantidad de bienes e insumos.
Así se desprende de un informe para LA NACIÓN que hizo Guillermo Aiello, especialista en temas económicos de la empresa agroindustrial Alberto L. Marchionni SA.
En Uruguay los productores no pagan retenciones, no tienen trabas a las exportaciones -que significan más descuentos en los precios- ni tienen los perjuicios de un mercado cambiario paralelo. Vale destacar que en la última década fueron a producir al socio del Mercosur decenas de agricultores argentinos que siembran casi el 50% de la superficie en soja y trigo.

Según el trabajo, que toma en términos geográficos a un productor de Gualeguaychú, Entre Ríos, y lo compara con otro uruguayo de Fray Bentos, descontados del precio del grano gastos de flete y comisiones, entre otros rubros, en soja el ingreso neto del productor uruguayo puede ser 130% más que el de su vecino argentino.
Para llegar a ese dato, el informe hace el supuesto de que el productor uruguayo -o el argentino produciendo en esa tierra- vende en equivalentes dólares y luego allí mismo compra pesos argentinos. De ahí que, descontados los gastos, mientras el ingreso neto del productor argentino es de 1897 pesos por tonelada en soja, en Uruguay, siguiendo el supuesto elaborado por Aiello, se ubica en 4372 pesos, es decir, un 130 por ciento más para el mismo grano.

Para el caso del trigo, mientras al argentino le queda, descontados del precio de venta los gastos, un ingreso neto de $ 688,56 por tonelada, el uruguayo puede tener, vendiendo su producción y obteniendo pesos argentinos, un ingreso neto de $ 2400 por tonelada, un 250% más.
“La situación planteada tiene su origen real en las retenciones a la exportación de granos vigente en nuestro país, como así también en la vigencia de un tipo de cambio oficial totalmente distorsionado de la realidad económica, que marca valores muy diferentes para el valor del dólar billete estadounidense”, dijo Aiello.

“En comparación con el productor uruguayo, el argentino es como si tuviera dos retenciones, una la del 35 por ciento en soja y otra la del tipo de cambio. Sumadas las dos, la retención real para la soja sería 54,2 por ciento”, agregó.

En el caso del gasoil, un insumo vital, el productor argentino vendiendo una tonelada de soja adquiere 152 litros de gasoil. En cambio, el uruguayo compra 211 litros, un 38% extra. Llevado al cultivo de trigo, mientras el argentino compra 55 litros de gasoil, el uruguayo puede conseguirse 115 litros, un 109% más de producto.

Aiello calculó cuántas toneladas deben comercializarse para la compra de un metro cuadrado a US$ 3000 en la zona de Pocitos, en Montevideo, y en Palermo, Buenos Aires. Así, mientras el uruguayo debe vender 10,63 toneladas de soja para adquirir ese metro cuadrado, el argentino tiene que desprenderse de 24,50 toneladas, un 130% más.

Si ambos productores quieren pagar un sueldo neto sin cargas sociales (Aiello consideró $ 10.000 en la Argentina y $ 15.000 equivalentes en Uruguay), el uruguayo lo hace vendiendo 3,54 toneladas de soja. En cambio, para el mismo fin, el argentino tiene que desprenderse de 5,27 toneladas, un 48% adicional.

Además, mientras el uruguayo compra una hectárea cotizada en US$ 8000 con 28,36 toneladas de soja, su par argentino tiene que vender 65,34 toneladas del mismo grano.

El especialista consideró que debe bajarse la presión impositiva al sector. “Las retenciones en trigo y maíz deben ser eliminadas inmediatamente y las aplicadas a las exportaciones de soja, reducidas con un plan de eliminación en el mediano plazo”, remarcó.

Massa autorizó al frente jujeño de Morales para apoyar “la candidatura de Macri”

El gobernador electo por Jujuy aseguró que su alianza opositora “trabaja para la candidatura de Cambiemos”.
El gobernador electo Gerardo Morales aseguró este lunes que el frente Cambia Jujuy, conformado en esa provincia por la UCR, el PRO y el massismo, está “trabajando por la candidatura de Mauricio Macri” con “autorización” de Sergio Massa. Morales opinó que Macri “va a ser el próximo presidente” y en el norte del país tomará ventaja, ya que “el voto de Massa es mayoritariamente un voto de cambio” en esa región del país.

“Sergio Massa estructura un mensaje y una propuesta, un discurso de cambio, que tiene que tiene muchas similitudes con los planteos de Mauricio Macri”, subrayó.

Ante esto, “en Jujuy, el Frente Renovador que integra Cambia Jujuy (ganador de las elecciones provinciales), conautorización de Sergio Massa estamos trabajando por la candidatura de Mauricio Macri” rumbo al ballottage, reveló, en declaraciones al canal TN.

Morales, quien resultó electo gobernador por el 58 por ciento de los votos en una provincia gobernada por el peronismo desde 1983, aseguró que también fue víctima de campañas con intención de atemorizar a los votantes.

Macri también busca el voto massista y promete darle el 82% móvil a los jubilados.
Ante eso, quitó importancia a las consignas que intentar infundir miedo ante un eventual gobierno de Macri porque “exageran tanto que la gente no cree eso”, dijo. “Scioli y Cristina (Fernández) se equivocan por este camino. Meter miedo a la gente no sirve porque la gente se da cuenta de la mentira”, advirtió.

Por el contrario, destacó, “por qué Scioli va al NOA y promete 12 medidas” económicas, en vez de hacerlo ahora que el kirchnerismo es gobierno.

A la vez, advirtió, el candidato oficialista “promete un dólar a 10 pesos”, pero “por qué no le da la receta (al ministro de Economía, Axel) Kicillof”, se preguntó. “Porque es una mentira“, respondió

lunes, 9 de noviembre de 2015

Acercarse a Massa: riesgo para Scioli y dilema para Macri

El  resultado de las elecciones del 25 de octubre produjo una vuelta de campana en las expectativas de los votantes. El día anterior a esos comicios varias encuestas indicaban que alrededor del 65% creía que el próximo presidente sería Daniel Scioli. Hoy, el 55% cree que será Mauricio Macri. Macri nunca había contado con este capital imaginario. Es el principal problema para Scioli.
El kirchnerismo despertó ante ese giro de las probabilidades. Por primera vez pensó en perder. Amenazado, apeló al método que le resulta más familiar en el ejercicio del poder: la extorsión. Los gobernadores e intendentes siempre supieron que si retaceaban su lealtad, perderían los fondos que les envía la Nación. Los jueces debieron resignarse a ser vapuleados por la ex SIDE: cualquier disidencia sería sancionada con un video o una grabación inconveniente. Muchos se convirtieron en engranajes de ese mecanismo. Los políticos opositores o los periodistas independientes debieron atenerse a que su conducta derivara en una patraña judicial, un escrache o un asalto callejero. Para los medios hubo también otro rebenque, es decir, la asignación caprichosa de la publicidad del Estado.
A través de estos procedimientos, los Kirchner cometieron el mayor agravio infligido a la democracia desde 1983: hicieron que volviera el miedo. El miedo fue para ellos un arma central en la conquista del poder. No debe sorprender, por lo tanto, que decidan sembrar miedo ante la posibilidad de perder el poder. La campaña de Scioli apela a ese artificio: quien se niegue a votarme se arriesga a pasar hambre.
Desde 2003 Scioli apeló al marketing para diferenciarse del estilo de los Kirchner. Llama la atención que haya renunciado a ese objetivo en el tramo final de la carrera. Tal vez esté ocurriendo lo que es lógico. La inminencia de un derrumbe vuelve insostenible la ficción. El miedo que se pretende inducir en el otro es el propio miedo. Frente al límite, Scioli regresa a la lengua de su grupo. El grupo que lo hizo vicepresidente, dos veces gobernador, candidato testimonial a diputado y jefe del partido.
La gran incógnita de esta identificación estructural de Scioli con los Kirchner es si atraerá a los simpatizantes de Sergio Massa. Son el fiel de la balanza. Para atraerlos, Scioli apela a otra simbiosis. Les dice: "Yo soy Massa". Como no hay tiempo para sutilezas, el equipo oficialista elaboró un video donde se ve a Massa formulando algunas propuestas y, enseguida, a Scioli repitiéndolas. Un homenaje inesperado al memorable Zelig.
Para facilitar el camuflaje, Scioli dio un paso autodestructivo e intentó que Massa lo perdone por la irrupción de un espía de la Prefectura en su domicilio, durante la campaña de 2013. No esperó a que el agraviado regresara de sus breves vacaciones en Brasil. Le dejó varios mensajes en el teléfono y, cuando consiguió que lo atendiera, intentó arrancarle la disculpa. Massa le dijo que lo consideraría después del ballottage. Pero Scioli necesitaba un título para los portales de ese día.
La ansiedad del gobernador llegó a extremos nunca vistos: cuando desembarca del avión particular en San Fernando se hace llevar hasta La Ñata en un helicóptero de la provincia. Pasar 20 minutos dentro de un auto se le ha vuelto insoportable. Otro tema que tendrá que hablar con Massa si pierde el ballottage, pues el helipuerto de esa chacra carece de habilitación municipal. Scioli es uno de esos argentinos que perderían muchos beneficios si ganara Macri.
Es curioso que James Carville o João Santana no hayan advertido al candidato que la jugada hacia Massa es muy riesgosa. No sólo porque se incriminó con aquella maniobra repudiable, para muchos -salvo para sus víctimas- ya olvidada. Desnudó un oportunismo que quizá consiga irritar a Massa hasta hacerlo intervenir en la contienda. Anteayer, frente a un grupo de amigos, Massa se desahogó: "Que no me usen, porque si veo un final incierto, aconsejaré votar por Macri".
Massa se comunica con Macri a diario. Y frecuenta a Horacio Rodríguez Larreta, Diego Santilli y Marcos Peña. Pero su alineamiento está dictado por la geografía. Muchos de sus aliados del interior, como el vicegobernador electo de Jujuy, Carlos Halquim, o el radical santacruceño Eduardo Costa, están alineados con Macri. Aunque el interés estratégico de Massa, el que condiciona cualquier negociación, es la provincia de Buenos Aires, que ahora tiene un nuevo líder.
La victoria de María Eugenia Vidal sobre Aníbal Fernández ha cambiado la dinámica general de la política. Una de sus consecuencias es que encierra a Vidal y a Massa en un dilema. El eventual triunfo de Fernández hacía especular que Massa sería un aliado del macrismo en Buenos Aires. Tal vez su candidato a senador en 2017. Esa hipótesis ya no funciona. Dentro de dos años, Vidal deberá ganar la provincia para su propia fuerza. Se abre, entonces, una incógnita: ¿Cambiemos privilegiará la relación con Massa, alimentando a quien será su competidor?
Con Massa, Vidal puede componer una mayoría en la Legislatura bonaerense. A cambio de gobernabilidad, el líder del Frente Renovador se convertiría en la oposición de su majestad, con posiciones en el Banco Provincia, el Instituto Previsional, IOMA. Massa puede reclamar para su fuerza la vicepresidencia de la Cámara y, desde allí, convertirse en el restaurador del peronismo provincial. Del propio y del que quedaría sin destino si se produjera una derrota kirchnerista.
Vidal no puede decidir si quiere pactar con un rival. O si prefiere ser la rescatista de legisladores e intendentes que podrían quedar desamparados. Antes debe saber si el 22 gana o pierde Scioli. La segunda opción la podría acercar a Horacio González, el presidente de la Cámara de Diputados bonaerense. El trato tiene riesgos. El miedo a fortalecer a Massa puede asociar a Vidal con aquello que, se creía, venía a desplazar.
Vidal ejerce, como gobernadora consagrada, un papel peculiar. Anticipa qué novedades pueden esperarse de un triunfo de Cambiemos en el ballottage. Mientras el dilema Massa espera solución, ella dio vuelta un naipe importantísimo: nominó en Seguridad a Cristian Ritondo. Si los antecedentes tienen algo de predictivo, Ritondo garantiza una conducción convencional de la bonaerense. Fue viceministro del Interior con Eduardo Duhalde. Su designación es clave. La policía de Hugo Matzkin es, junto con la publicidad, el instrumento principal de la política de Scioli. Sobre todo, de su campaña electoral.

El juego

Vidal debe decidirse ante un tercer nudo gordiano: el juego. Su llegada arruinó los planes de Cristóbal López. Pero entusiasmó a Daniel Angelici, álter ego de Macri en Boca y concesionario de bingos en la provincia. Angelici es socio de Daniel Mautone, a quien Aníbal Fernández atribuye haber financiado a Martín Lanatta, quien lo identificó como "la Morsa". Angelici tal vez deba moderarse. El episcopado católico se ha propuesto lanzar una campaña contra el juego. Y, como se sabe, Vidal llega al gobierno atada a una alianza con la Iglesia.
Para López ese triunfo significó una frustración inimaginable. En su condición de jerarca kirchnerista, ya había ofrecido la conducción de la Lotería provincial a su funcionario predilecto, Carlos Gallo. La promesa fracasó. Habrá que ver si se cumple la segunda: López aseguró a Jorge Rodríguez la Lotería Nacional, si gana Scioli. Rodríguez conduce esa dependencia en la provincia. Lo llaman "Piedrita". Raro en alguien que trabaja con la suerte.
A propósito de la suerte, ¿Cristóbal no debería consultar a una adivina? No pudo quedarse con los bingos de Codere, que logró evitar la quiebra. Los dueños de la empresa contrataron como lobbista a un íntimo de Scioli. Y financiaron, a través del alegante Lautaro Mauro -célebre por el escándalo Ciccone- varios partidos de futsal.
A López le fue mal en Chubut. Su candidato Martín Buzzi perdió frente a Mario Das Neves. Es su provincia. Allí libra una peligrosísima batalla con Carlos Bulgheroni, que ganó. En Pilar, el hijo de su socio, Federico Achával, quedó desalojado del poder: es el secretario de Gobierno del derrotado Humberto Zuccaro.
En la ciudad de Buenos Aires López corre el mayor riesgo. Macri bloqueó una licitación de bingos que él había promovido desde Lotería. Y suspendió el convenio por el casino de Palermo. Si Macri gana el ballottage, los peligros para el amigo de la Presidenta son mayores. Podrían revocarle la concesión de esa megasala de juegos, extendida por Néstor Kirchner hasta 2032. Y obligarlo a pagar Ingresos Brutos. Frente a estos infortunios, López intentó negociar con Macri, como informó ayer LA NACION. Según todas las versiones, la conversación terminó pésimo.
En el derrumbe, Cristóbal se ha vuelto peligroso hasta para sus amigos. Con tal de cobrar algunas facturas muy controvertidas de su empresa La Corte, lanzó un ataque inesperado contra Scioli. Amenazó con denunciar irregularidades en el fideicomiso inmobiliario Estrella del Sur, un escándalo que alcanzaría a Nicolás Scioli, el hermano menor del candidato.
López puede arrastrar también a Marcelo Tinelli, su aliado en la producción televisiva y en la conducción de San Lorenzo. Detrás de la candidatura del showman a la AFA asoma el meganegocio de las apuestas deportivas. Como Cristóbal, Tinelli también se equivocó al calcular los resultados de la primera vuelta. Ofreció a Scioli su ShowMatch como cierre de campaña. Y agregó así dos obstáculos en su carrera hacia la AFA: Mauricio Macri y Sergio Massa.

domingo, 8 de noviembre de 2015

"La Argentina eligió un camino de cambio que no se puede detener"

 


La estrategia del frente UNA.El ex candidato presidencial se sigue definiendo como peronista y critica con dureza al kirchnerismo.-
Es viernes a las 10 de la mañana. Hay chipá, facturas, palmeritas y mate en la mesa y Sergio Massa pasó una buena noche. Hace unas horas lo llamó Daniel Scioli para disculparse por su reacción ante el robo de 2013 en la casa de Massa, por el cual fue condenado un prefecto que cumplía tareas de inteligencia en el Gobierno. Poco rato después, cuando la noticia del diálogo telefónico ya había sido revelada por la versión web de Clarín, Massa intercambió mensajes de texto con Mauricio Macri, el mecanismo de comunicación que eligieron para evitar los siempre conflictivos encuentros cara a cara.
Esta mañana, los dos, Scioli y Macri, se pelearán por elogiarlo. El jefe del Frente Renovador quedó afuera de la pelea por el premio grande, pero se mueve como si fuera uno de los protagonistas del balotaje. Esa situación, a juzgar por su cara, le encanta. Manotea uno, dos, tres chipá, toma un mate, le da una mirada rápida al celular que tiene más cerca y queda en condiciones físicas y mentales de responder la pregunta que escucha a cada rato desde hace días.
-¿Qué posición va a tomar el Frente Renovador el 22 de noviembre? Esta semana, uno de sus aliados, el PJ cordobés, anunció que dejará en libertad de acción a sus afiliados.
-Nosotros ya lo planteamos. Lo planteamos a 72 horas de la elección . Nosotros no somos los dueños de los 5.400.000 votos que sacamos, somos los depositarios de la confianza de esa gente que nos votó. Por eso no vamos a cometer el error de creer que modificamos la voluntad de esa gente. Asumimos un compromiso con esa gente. El PJ cordobés está haciendo a nivel local lo que en UNA (la alianza entre Massa y José De la Sota) planteamos a nivel nacional. Eso es aconsejarle a la gente avanzar en un camino de cambio, pero sin pretender imponerle ningún candidato, porque no somos los dueños de los votos.
- De la Sota y usted fueron muy críticos del kirchnerismo y de la figura de Scioli en particular.
- Es una posición política. Nosotros seguimos creyendo que en la Argentina hay 30 puntos de inflación, que hay impunidad para los corruptos, que hay pobreza, que el INDEC es una estafa y que hay quienes creen que porque ganaron una elección en algún momento escrituraron el Estado. Y todo eso tiene que cambiar.
- ¿Scioli está en condiciones de revertir eso?
Scioli tiene que elegir si es la continuidad o si expresa algún cambio. Por ahora, los que expresamos algún cambio fuimos aquellos que fuimos parte del 65% de la gente que no votó al kirchnerismo.
- Usted criticó a Macri por no haber aceptado competir en una primaria contra usted. Visto desde hoy ¿Macri se equivocó o no?
- Hay que ver cómo se hubiese dado el proceso político desde ese momento hasta hoy. Yo creo que si el 65% de los argentinos creen que necesitamos un cambio, la elección hubiese terminado en la primera vuelta.
- Pero eso también habría polarizado más el electorado, que es lo que usted no quería.
- No se polarizó porque cada uno de nosotros expresó una agenda, y nuestra agenda fue interesante. El haber mostrado un equipo de gobierno obligó a los demás a mostrar equipos. El haber definido una campaña de propuestas obligó a los demás a discutir sobre temas como el narcotráfico, la corrupción, la inseguridad, la inflación.
- ¿Quién está en mejores condiciones para ganar el balotaje? ¿Macri o Scioli?
- Yo creo que la Argentina eligió un camino de cambio que no se puede detener. Me parece que hay un hastío, que la gente no quiere más INDEC, no quiere más impunidad para la corrupción, que no quiere más jubilados que ganan menos que los presos, hay muchas cosas que la sociedad argentina no quiere más.
- ¿Qué rol se imagina cumpliendo usted tras el 10 de diciembre?
- Hoy no estoy pensando en eso porque honestamente creo que mi tarea es ayudar a construir una alternativa seria, creíble y de propuestas para la Argentina.
- Si gana Macri ¿Se ve como opositor, como un aliado del Gobierno o como un actor independiente?
Yo soy un propositor, no un opositor. Yo siempre que cuestioné alguna medida, propuse alternativas. El mejor ejemplo es el código penal. No solamente cuestioné el código del kirchnerismo y Zaffaroni, sino que propuse un código nuevo que establece la perpetua para narcos y violadores...
Fuente: Clarín.-