domingo, 28 de abril de 2013


El Hispano Argentino surgió en abril de 1913

Un siglo para el club que unió dos culturas



 Nació cuando un grupo de españoles de la alta sociedad decidió reunirse para remar. Y recibió grandes bailes. Norberto Battaglia fue su deportista más exitoso. Hoy tiene 600 socios y una amplia guardería para botes y kayaks.

Hubo fiesta y celebración en el Club de Regatas Hispano Argentino. Siempre allí, en Paseo Victorica 50, mirando pasar las inquietas aguas del Río Luján, acaba de cumplir 100 años de vida. Un club que nació allá por 1913, un 10 de abril, cuando un grupo de españoles de la alta sociedad, muchos de ellos nucleados en el aristocrático Club Español, decidieron reunirse para practicar remo y abrir la actividad para los propios argentinos.
Así, ambas nacionalidades se mezclaron en esta ya centenaria y coqueta entidad, que supo encontrar su etapa de gloria deportiva en la década del ’50 hasta la del ’60 incluida. Remeros como Norberto Battaglia, aún se recuerdan en este club que en los remos de sus botes tiene su característico escudo rojo y celeste, que simboliza la unión de los colores patrios de España y Argentina.
“Battaglia era un gran remero que nos llenó de orgullo a todos”, recuerda Héctor Marini, el socio vitalicio que con sus frescos 89 años es un verdadero emblema del Hispano Argentino. “Battaglia fue varias veces campeón argentino en single con nuestros colores –continúa Marini– y también representó al club y al país en varios torneos internacionales, incluso ganó en Alemania. También el actual presidente, Jorge Repetto, fue un gran remero”.
El Hispano llegó a contar en su guardería con unos 300 botes propios de madera de cedro de gran calidad, y un verdadero complejo de hospedaje para sus remeros y también para las mujeres que se iniciaban en este deporte. “Y no me puedo olvidar lo que eran en el club los bailes de Carnaval, muy famosos –asegura don Marini–. Teníamos muy buena música, y bailar frente al río era fabuloso. También en una época venían orquestas españolas. Yo venía con mi novia Haydeé”. Ella es su mujer hace 62 años, aunque su amor por el Hispano Argentino todavía es más antiguo: ya cumplió 65 años como socio.
María Cristina Méndez es la intendenta del club: conoce cada rincón y está firme tratando de embellecer cada día más a esta recuperada institución. “En 1987 sufrimos una inundación muy importante –asegura– y se perdieron instalaciones y cosas muy valiosas, como el archivo histórico. Pero poco a poco el club se fue recuperando. Hoy tenemos 600 socios activos y la actividad principal sigue siendo el remo, con una amplia guardería para botes y kayaks, y con instructores disponibles para quien lo necesite. También el tenis hoy representa una actividad importante en nuestro club”.
Don Marini, quien fuera capitán del Hispano Argentino durante 10 años, y tesorero, entre otros cargos que ocupara durante sus largos años como socio del club, recuerda otra tradición de esta entidad fundada por españoles: “Siempre fueron muy famosos los asados que hacíamos para celebrar el 25 de Mayo. Y todavía siguen siéndolo. Venían de todos los clubes del Tigre y del Delta”.
Sin embargo, una costumbre que caracterizaba al Hispano Argentino ocurría cada vez que en el cielo de Tigre se posaba una luna llena. Los socios y los invitados del club se congregaban en la rampa de entrada y salida de botes sobre el Río Luján, y cumplían un rito que se fue transmitiendo año tras año: se subían a distintos botes para dar un paseo por el río hasta llegar al Restaurante Caraguatá. Allí bajaban al local para cenar y después se quedaban un rato bailando. Finalmente y en caravana, emprendían un regreso alegre y cerraban una velada repetida durante mucho tiempo.
En la puerta del club, una vecina de Tigre, Elba García, recuerda que varias generaciones de su familia y de amigos aprendieron a nadar en el club. “Es que también nuestra piscina forma parte del corazón de la institución”, confirma la intendenta Méndez. En definitiva, siempre el amor del Hispano Argentino por el agua y el deporte.

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