sábado, 22 de junio de 2013

Massa dialogó con Scioli, pero mantuvo la indefinición

El tigrense conversó sobre un armado común con el gobernador, quien esperó un llamado del Gobierno.


Daniel Scioli y Sergio Massa volvieron a conversar ayer, un día antes del cierre de las listas para las próximas elecciones legislativas. Fue un encuentro en Villa La Ñata o un diálogo telefónico, según las fuentes que se consultaran.
El gobernador bonaerense había pasado parte de la jornada en la sede porteña del Bapro, a dos cuadras de la Casa Rosada, esperando una oferta de Cristina Kirchner que nunca llegó. El intendente de Tigre buscaba decirle que las puertas de un entendimiento siguen abiertas para su sector, pero no para el diputado Francisco de Narváez y el gremialista Hugo Moyano, como pretende Scioli.
Si esa conversación llega a buen puerto, podría pulverizar los planes del Gobierno para retener el principal distrito electoral del país. Si fracasa, sumará un capítulo más al historial de desencuentros entre Massa y Scioli, prodigados por la desconfianza mutua que se tienen los dos dirigentes bonaerenses con mejor imagen en las encuestas.
Para conocer el desenlace, habrá que esperar hasta esta tarde, posiblemente cerca de las 17, para que Massa anuncie, desde Tigre, la lista de candidatos con los que el Frente Renovador enfrentará al kichnerismo en las elecciones legislativas, según indicaron desde el municipio.
Todos los pronósticos ubican a Massa como cabeza de esa lista, acompañado por el intendente de Almirante Brown, Darío Giustozzi, y el diputado Felipe Solá. La mujer para esa fórmula no sería ni la esposa del tigrense, Malena Galmarini, ni la "leona" Luciana Aymar, sino una periodista especializada en temas previsionales que conoció a Massa cuando dirigía la Anses.
Un pacto Scioli-Massa trastocaría ese escenario, para ubicar en el segundo lugar de esa boleta a una figura identificada con el gobernador: todas las miradas se concentran en la esposa del motonauta, Karina Rabolini, quien anticipó que será candidata si su marido se lo pide.
Según indicaron desde La Plata, Scioli pretende incluir a De Narváez y a Moyano en el pacto con el tigrense, quien, por su parte, rechazaría al "Colorado", ya que "desdibuja" el perfil -a medio camino entre oficialismo y oposición- que el intendente pretende para su armado político. "Nosotros no le tiramos piedras a todo el mundo", suele repetir Massa para diferenciarse de De Narváez. "Tiene una visión muy chiquita", se lamentaban ayer en el sciolismo, en alusión a los "peros" de Massa.
En un contexto de cierres de listas no existen diferencias irreconciliables, aclaran quienes destacan la "flexibilidad" del intendente de Tigre a la hora de negociar. Massa, sin embargo, estaría trabajando para evitar que las conversaciones con Scioli no sean otra cosa que un arma del gobernador para, por cuerda separada, apurar a la Casa Rosada y negociar espacios en las listas del kirchnerismo, o fondos.
Así lo vivió el massismo esta semana, cuando encontró el relato del encuentro que el intendente mantuvo con Scioli, el miércoles por la noche, publicado al día siguiente.
Desde el sciolismo deslindaron responsabilidades por esos rumores y marcaron sus verdades: afirmaron que Rabolini no forma parte de ninguna negociación y que Olivos nunca le pidió a Scioli ser candidato. Reconocieron, como contrapartida, que la Presidenta ni siquiera levantó el teléfono ante el llamado que el gobernador le hizo el lunes. Ni buscó comunicarse desde entonces. Tampoco lo hizo el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, dijeron.
Anoche, mientras las negociaciones se enroscaban febrilmente con las especulaciones propias de operadores con varias elecciones en su haber y pocas horas de sueño, Massa ordenó a su tropa dejar de instalar su candidatura como una certeza y mantener una puerta abierta para un plan B: que Giustozzi y Galmarini encabecen la boleta del Frente Renovador, sin Massa.
Lo hizo mientras compartía una nueva ronda con intendentes y legisladores, entre ellos, Giustozzi y Gabriel Katopodis (San Martín), en un club de Tigre.
El denarvaísmo, por su parte, negó ser parte de las conversaciones. "No hay ninguna negociación. Estamos trabajando el cierre de nuestras listas", explicó a RMN el diputado Gustavo Ferrari, mano derecha de De Narváez (ver aparte).
La posibilidad de acercarse al sciolismo había sido tratada durante la reunión que Massa mantuvo anteanoche en General Villegas. Según fuentes del massismo, esa apertura buscaría sumar aliados "por izquierda y derecha". En el primer caso, la mira estaría puesta en el ex diputado Adrián Pérez, de la Coalición Cívica, que quedó fuera del frente entre el FAP y la UCR. Cerca de Pérez reconocieron la oferta.
La segunda opción apuntaría a formalizar el apoyo del macrismo bonaerense, a través de los intendentes de Vicente López, Jorge Macri, y de San Isidro, Gustavo Posse, pero sin incorporar en la foto al jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri. Otro que "desdibuja" el perfil.

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