martes, 25 de junio de 2013

En campaña con el Gobierno, Scioli apuesta a contrarrestar a Massa

Se mostró con el oficialista Insaurralde y ratificó su pertenencia al kirchnerismo; "No voy a llegar a cualquier precio, pisoteando o traicionando", dijo.

Después de sus últimos vaivenes políticos, el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, se definió ayer explícitamente: dijo que acompañará al Gobierno; compartió un acto con Martín Insaurralde, el intendente de Lomas de Zamora elegido por Cristina Kirchner como su apuesta en la provincia de Buenos Aires, y anunció que, si bien con sus diferencias, se suma a la campaña kirchnerista. Lo hará desde la defensa de su propia gestión, para contrarrestar los ataques de Sergio Massa.
Scioli, enojado por las versiones que lo vincularon a un intento de traición a la Presidenta, pareció intentar ayer copar el escenario público. "Si tengo que llegar, no voy a llegar a cualquier precio, pisoteando o traicionando", lanzó en una entrevista radial minutos antes de encontrarse con Insaurralde para compartir una recorrida por un centro de salud de Lomas de Zamora.
Hace apenas tres días, cuando no recibía ninguna señal de la Casa Rosada en su negociación electoral, el gobernador había hecho trascender que dejaría pasar estas elecciones. Sin embargo, después cambió de opinión frente al avance de Massa, que se lanzó a la carrera el sábado pasado y, tras un fracasado intento de pacto entre ambos, obligó a Scioli a pegarse nuevamente al Gobierno para evitar un triunfo del intendente de Tigre que lo dejaría fuera de la carrera presidencial en 2015.
Scioli ratificó en palabras y en gestos que se mantiene dentro del Frente para la Victoria. Para la Casa Rosada, la jugada era leída ayer como redonda. Sucede que Cristina Kirchner quería que el gobernador se sumara a la campaña oficialista y ahora lo consiguió, sin tener que darle nada a cambio. En medio del cierre de listas y de los coqueteos con Massa, Scioli se quedó sin un solo lugar en las nóminas de candidatos y tampoco logró que le dieran una garantía de financiamiento para su provincia, como pretendía.
"No construí mi carrera política pegando portazos ni buscando el oportunismo de las coyunturas", se defendió Scioli, golpeado tras la presentación de candidatos.
Siempre apelando a su estilo, aunque con un tono que dejaba traslucir un dejo de enojo, el gobernador bonaerense insistió en resaltar su "esfuerzo y constancia" en su vida pública y privada.
Agregó, además, que no se deja "tentar por los cantos de sirena" ni aturdir "por los profetas de las catástrofes", en alusión a todas las veces que se dijo que rompería con el kirchnerismo.
El gobernador insistió ayer en su argumento de respetar la "institucionalidad" y apuntó: "Yo no soy ni esclavo ni opositor; soy un colaborador, una persona con alta responsabilidad institucional que comprende que las soluciones vienen de la mano de las colaboraciones y no de las confrontaciones y peleas inútiles, que no le traen ningún tipo de soluciones a la gente".
La argumentación que dio Scioli para justificar su permanencia con la Casa Rosada fue el hecho de haber protegido a la provincia que gobierna. "Me quiero quedar tranquilo con mi conciencia y hacer todo lo posible en función de honrar la responsabilidad que me dio la gente. Esto puede tener costo político, pero lo que me interesa es que la provincia no sufra, no cruja", consideró.
Aunque no lo dijo de manera explicita, se refería al ahogo financiero que podría provocarle el gobierno nacional en los dos últimos años de su gestión.
De la elección que haga Massa no sólo dependerá el futuro de Cristina Kirchner y su proyecto de gobierno, sino también, posiblemente, el sueño presidencial de Scioli hacia 2015. Sin reelección en la provincia, el mandatario ya se lanzó a la carrera. Ahora, para que su proyecto sea realizable, necesita ver derrotado al hombre de Tigre.
"Siempre elegí el que considero que es el camino correcto, que no siempre es el más fácil o el más corto. Para mirar bien hay que mirar lejos, más allá de la coyuntura", remarcó para diferenciarse de Massa, a quien sin embargo nunca criticó.
Su raid mediático incluyó las radios Diez y La Red, por la mañana, y el canal América, por la noche. "Antes de traicionar me voy a mi casa", definió en su última entrevista.
En su recorrida por Lomas de Zamora, en la Unidad de Pronta Atención (UPA), Scioli mantuvo un encuentro de 20 minutos con Insaurralde. El candidato de Cristina lo llevó hacia el redil oficialista. "Pertenece a este proyecto político y tomó la definición que correspondía", resaltó en declaraciones a los medios sobre la decisión de Scioli de permanecer al amparo del Gobierno. Por las dudas, Insaurralde aclaró: "Scioli tiene bien en claro el rol que tiene en la política argentina".
Según contaron a RMN allegados a Scioli, el gobernador se concentrará de ahora en adelante en su gestión, consciente de que allí pegará Massa para tratar de marcar alguna diferencia. Se sumará a la campaña del candidato oficialista cada vez que lo crea necesario y cuando el Gobierno se lo pida.
El gesto más contundente de Scioli se dio con su presencia y los elogios a Insaurralde. "Voy a acompañar a Martín por el beneficio de la gente, ha hecho un gran trabajo, de mucha gestión", le dedicó el gobernador.
Varios funcionarios del Gobierno se mostraron ya declaradamente en campaña ayer, algunos de ellos con ataques directos a Massa. El presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Julián Domínguez, buscó ubicar claramente al intendente de Tigre en la oposición. Durante un acto en Trenque Lauquen, afirmó: "Los candidatos a diputados nacionales por Buenos Aires que propone el Frente para la Victoria representan el proyecto político que conduce la Presidenta; los que no están allí están en contra".

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