martes, 13 de abril de 2010

Matador, levántate y anda…














Tigre se trajo una resonante derrota por 6 a 2 ante Godoy Cruz de Mendoza en uno de esos partidos que todo sale adverso. Entre las pálidas una buena: Leandro Lázzaro volvió al gol después de 2196 minutos oficiales de sequía.


El título de estas líneas es una esperanza que los tigrenses tenemos después de este áspero traspié en Mendoza, para que se vuelva a la senda ganadora y, por sobre todas las cosas, volver al protagonismo futbolístico que supo aferrarse en éste torneo, que aún tiene al Club Atlético Tigre con una escasa diferencia de puntos para llegar al objetivo planteado al inicio de éste ciclo.

Escribir sobre el partido es igual a hundir la daga que dejó clavada el equipo Tombino con el 6 a 2, que igualmente no debe desviar el horizonte del equipo de Victoria. Lo cierto que el resultado del primer tiempo no preveía una goleada como la se sufrió tras los 90 minutos de juego ya que Godoy Cruz se fue al descanso con un solo gol a su favor, convertido por Dutari a los 12’.

¿Qué pasó en los segundos 45 minutos para que el resultado termine tan abultado? Las razones fueron netamente futbolísticas. Los pases errados que propiciaron jugadas de riesgo rival y las desatenciones defensivas, que rememoraron al Tigre del torneo pasado, fueron los condimentos claves para que el local tras 4 minutos jugados del segundo tiempo ya estuviese ganando 3 a 0, un resultado difícil de sobrellevar, más allá de la lejanía del pitazo final.

El cambio que dispuso Caruso Lombardi para el inicio del complemento, en el que hizo ingresar a Leandro Lázzaro por el uruguayo Brian Rodríguez, dio sus frutos cuando el número 9 capturó un desvío de cabeza por parte de Luna y cruzó su disparo para el 1-3. Fue su primer gol tras 2.196 minutos sin convertir (el último grito había sido en la derrota como local 2-3 ante San Lorenzo, por la 6ta fecha del Apertura).

En el segundo gol, también fue protagonista Lázzaro, en un intento de “palomita” tras un centro lejano que logró desviar el arquero Ibáñez y tras el rebote Luna definió de cabeza y abrir la controversia por si la pelota pasó o no la línea de gol, a los 11 del ST.

A pesar de las protestas el equipo de Victoria manoteó por un momento la esperanza del empate con el 3 a 2 por 10 minutos, pero los ya mencionados errores en las últimas líneas permitieron que cayeran los otros goles de Godoy Cruz y así sepultar ese momento de expectativa para el Matador.

Un impacto de estas magnitudes, como el que recibió Tigre en su visita a Mendoza, a veces sirven para despabilar y machacar sobre los errores o también para hundir al conjunto en un mar de interrogantes. Esperemos que, por el buen futuro del equipo, la primera opción sea la más viable.

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