domingo, 17 de febrero de 2013


Presión del PJ para evitar una ruptura de Scioli con el Gobierno




Los intendentes bonaerenses buscan limitar el margen de acción del gobernador e impedir que la Casa Rosada les imponga candidatos.
Todos unidos para controlar a Scioli, acorralar a Massa y hacer valer el peso del peronismo bonaerense frente al resto de las fuerzas que se arremolinan en torno de la Casa Rosada.
Los intendentes peronistas de la provincia de Buenos Aires decidieron unirse para dejar en claro que, en la previa de las elecciones, el grueso del PJ bonaerense se mantiene bajo la conducción de la Presidenta. La intención del grupo, que revela su preocupación frente a los vaivenes que atraviesa el Gobierno, es demostrar fortaleza para disuadir cualquier jugada electoral del gobernador Daniel Scioli o del intendente de Tigre, Sergio Massa.
Y aunque la iniciativa tuvo entre sus impulsores iniciales al presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, y al ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, los jefes comunales que integran el grupo también tienen una carta que jugar frente a la Casa Rosada. Esperan mesura de parte del ultrakirchnerismo frente a la gestión de Scioli, para evitar que un estallido económico en la provincia repercuta en sus municipios.
Además, pretenden que el PJ vuelva a tener peso en el armado de las listas electorales: una advertencia para la tarea que, en 2011, concentró el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, que pobló las listas con jóvenes de La Cámpora, resistidos por los intendentes.
A sus ojos, esos dirigentes tenían escasos pergaminos en el peronismo de a pie. Y menos votos.
El grupo tuvo su bautismo el 25 de enero en el Golf Club del balneario de Santa Teresita, el mismo lugar donde en 2010 el ex presidente Néstor Kirchner reunió al PJ, luego de la derrota electoral de 2009. Su segundo acto será el 9 de marzo, en La Matanza, con Fernando Espinoza como anfitrión. El tercero, todavía sin fecha, en Ituzaingó, tierra de Alberto Descalzo. Antes de las primarias, planean cubrir toda la provincia.
"Vamos a salir a trabajar todos los municipios para terminar con los individualismos, porque la única forma de derrotar al peronismo es dividirlo", adelantó un referente del grupo, para personalizar su mensaje: "Eso podía ocurrir si Scioli o Massa se abrían y arrastraban a la mitad de los intendentes y gobernadores. Pero, después de Santa Teresita, no va a pasar".
Otro hombre de peso en el armado expresó los temores del grupo y sus advertencias a los díscolos: "En seis meses nos jugamos los próximos 10 años del modelo. Por eso le vamos a dejar en claro a Massa que, si quiere una interna, 9 de cada 10 peronistas están de este lado. Y a Scioli, que él todavía está adentro del proyecto, pero que vuelva a hablar con los leales y se deje de joder con La Juan Domingo", completó, en alusión a la agrupación que fogonea su candidatura presidencial.
El grupo convocó a 63 intendentes en Santa Teresita, donde las invitaciones corrieron por cuenta de Domínguez y del diputado ultrakirchnerista Carlos Kunkel. De Vido, el hombre que habilita las obras a los municipios, se encargó de convencer a los indecisos. Massa y los intendentes que le responden no fueron invitados. Tampoco el sciolismo puro, aunque dos ministros del gobernador enviaron a jefes comunales aliados.
De la tercera sección electoral, donde reside el núcleo de poder del peronismo kirchnerista, el único intendente que no asistió fue Darío Giustozzi (Almirante Brown), al que sus pares todavía no le perdonan haber expuesto sus ambiciones electorales sin el visto bueno de la Casa Rosada. También les molesta su alta imagen individual, aunque pocos lo acepten. Pero, previo paso por el purgatorio, esperan reintegrarlo.
"Scioli y Massa pensaban que sólo tenían que esperar sentados a que los fuéramos a buscar como candidatos, pero les vamos a demostrar que, del otro lado, están muy solos", reforzó un referente nacional de ese armado, que el jueves pasado volvió a reunir a sus principales figuras en La Matanza, para preparar el encuentro del 9 de marzo. Nuevamente, no hubo un solo sciolista o massista invitado.
Tres intendentes marcaron un detalle: la composición de la mesa central de Santa Teresita. A la derecha de Domínguez se sentaron los intendentes Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), el anfitrión Juan Pablo de Jesús (Partido de la Costa) y Julio Pereyra (Florencio Varela), junto al diputado camporista Eduardo De Pedro. A la izquierda, los jefes comunales Espinoza, Descalzo y Francisco Echarren (Castelli, de La Cámpora), con Kunkel y el senador nacional Aníbal Fernández.
"¿Cuántos peronistas ves? ¿Y cuántos camporistas? En Santa Teresita empezó una nueva etapa: si los intendentes del PJ vamos a ser el núcleo de la defensa del proyecto, eso tendrá que verse también en las listas de octubre", se envalentonaron.
"A la hora de la verdad, los que traccionan votos son los intendentes. Y más en una elección legislativa, donde no está Cristina o Scioli empujando arriba de la lista. La Cámpora y las organizaciones sociales ya recibieron la orden de alinearse detrás nuestro", explicó un cuarto intendente.
Ninguno de ellos olvidó que, en 2011, un planteo similar ante la Casa Rosada tampoco llegó a buen puerto.
MALESTAR UNÁNIME CON "CIPRIANO" BOUDOU
Caído en desgracia. El malestar de los intendentes bonaerenses hacia la figura de Amado Boudou recoge tantas adhesiones como la ratificación del liderazgo de Cristina Kirchner. Sucede que los referentes del peronismo provincial no toleraron que el vicepresidente llegara a Santa Teresita cuando la reunión había concluido y, micrófono en mano, sacudiera el ambiente de "paz y unidad" con sus críticas a la "cobardía" del sciolismo por su reclamo de fondos a la Nación.
"Lo de Amado no pasa más. En el peronismo bonaerense no pasa más", se enojó un intendente de peso en el armado, para explicar: "Nos costó muchísimo reunir a todos los sectores, algunos de ellos de buen diálogo con Scioli, para que Boudou viniera a hacer lo que hizo".
Otro referente que participó en el armado de la reunión criticó la oportunidad perdida por el vicepresidente para acercarse al PJ. "Lo invitamos porque la reunión era en el Partido de la Costa, donde él se inició, pero en vez de venir a saludar y darse un baño de peronismo, llegó con un micrófono de [el canal] C5N bajo el brazo para prender fuego todo. Lo esperábamos con peronismo y vino disfrazado de Cipriano Reyes. Perdió la oportunidad."

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