sábado, 12 de enero de 2013

 
 
 

SALUD PÚBLICA Y SANIDAD ANIMAL: ENTRE DISCURSOS Y DESIDIA POLITICA.

Los distintos organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), vienen, en los últimos años,  alentando a los países a tomar posición y trabajar en los nuevos desafíos que representa la relación entre la salud pública y la sanidad animal en las sociedades actuales. En la provincia de Buenos Aires, el rol fundamental de los municipios, la implementación de políticas públicas y la figura de los profesionales veterinarios capacitados para abordar esta relación, parecen no ser tenidos en cuenta por las autoridades políticas.
En el último año se presentaron distintos episodios a lo largo de toda la provincia de Buenos Aires que pusieron en evidencia esta situación. La falta de control en la fauna silvestre, la ineficacia de los controles bromatológicos y la tenencia irresponsable de mascotas potencialmente peligrosas, entre otros, dieron cuenta de la falta de recursos que padecen las dependencias oficiales para abordar, controlar, establecer procedimientos y/o reglamentar este tipo de problemáticas.
El Presidente del Colegio de Veterinarios de la Provincia, Dr. Mario Capri, afirma que esta situación se da en todo el territorio bonaerense por la falta de interés y decisión política del Estado para dotar de recursos y herramientas necesarias a las áreas públicas en las que se desempeñan los veterinarios de la provincia junto con otros profesionales de la salud.
Estas dependencias municipales “degradadas y reducidas a la mínima expresión” son las encargadas de realizar los controles de salud, controles de zoonosis y plagas, vigilancia epidemiológica en zonas urbanas y rurales, controles de bromatología en las cadenas de producción y consumo de alimentos derivados de animales, etc. El abandono de estas áreas por parte de la dirigencia política  implica, según Capri, atentar contra la salud pública.
La situación denunciada por el titular del Colegio de Veterinarios contempla que las exigencias, demandas y responsabilidades que recaen sobre los profesionales veterinarios que se desempeñan en estos ámbitos públicos no poseen relación con  las condiciones en la que deben desempeñar sus labores. La falta de personal capacitado  para tareas como los controles sanitarios en las cadenas de producción alimenticias en varios municipios y el caso de la falta de controles de fauna silvestre que culminó en la muerte de un puma en el barrio Stella Maris de Bahía Blanca, son ejemplos que derivan y encausan el reclamo.
Otra de las cuestiones que se plantean en la relación entre la salud pública y la sanidad animal es el rol de las organizaciones proteccionistas de animales, el impacto mediático que poseen y la presión  social que ejercen sobre los gobiernos. Estas organizaciones realizan un enorme trabajo en pos de la sanidad animal y hoy cumplen un papel fundamental que no puede ser pasado por alto por la dirigencia política, pero eso no implica que deban desestimarse los conocimientos técnicos, medidas y políticas impulsadas por los veterinarios especializados porque “las bacterias y los virus no se combaten con discursos”.
 En este contexto, se plantea que las distintas organizaciones e instituciones trabajen conjuntamente con las autoridades provinciales y municipales en la generación de políticas que efectivicen los controles y prevenciones necesarias para garantizar el bienestar de los animales y la salud de las personas, pero también para establecer normas de procedimientos y reglamentaciones que se apliquen y,  principalmente, que se cumplan.

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