Mucho se ha hablado del intendente de Tigre, Sergio Massa, a lo largo de las últimas semanas. El citado funcionario pretende referenciarse, en el actual contexto político, en una alternativa opositora al oficialismo cristinista. Pero la pregunta subsiste: ¿es Sergio Massa realmente un político de oposición?
Conforme ha podido observarse en declaraciones recientes, dignatarios del arco político opuesto al Gobierno Nacional han salido con los tapones de punta, en perjuicio de la figura del ex jefe de Gabinete. Por su parte, Francisco de Narváez expresaría: “Que se defina y diga si está a favor o en contra de la re-reelección de Cristina Fernández de Kirchner”. El ex candidato a Gobernador de la Provincia de Buenos Aires también le espetó: “A Sergio Massa lo respeto como gestionador. Pero, lo que planteo es: si él finalmente es candidato, ¿va a estar a favor o no de la re-reelección de la Presidente? Por decir esto, nadie se tiene que sentir ofendido”.
Finalmente -y durante esta semana-, este portal se ocupó de citar un planteo del Diputado Nacional por el espacio GEN/FAP, Gerardo Milman, en igual sentido.
Sergio Tomás Massa es intendente de Tigre desde diciembre de 2007. En su oportunidad, se desempeñó como jefe de Gabinete de Cristina Elisabet Fernández Wilhelm (viuda de Kirchner) del 23 de julio de 2008 al 7 de julio de 2009. Asimismo, presentóse bajo la figura de “candidato testimonial” para una Diputación Nacional -dentro del carril del Frente Para la Victoria- en las Elecciones Legislativas del 28 de junio de 2009. A la postre, logró una banca, pero optó por renunciar a la misma.
El episodio que remite a las Elecciones Nacionales de 2009 le adhirió al jefe comunal de Tigre el poco envidiable mote de “traidor” de parte del kirchnerismo cristinista, en virtud de que su candidata a concejal en Tigre -y, a la sazón, su esposa- Malena Galmarini, cosechó junto con su lista un aproximado de 14 puntos, en detrimento del en su momento candidato a Diputado por Buenos Aires Néstor Carlos Kirchner. Desde luego, combatiendo desde una boleta diferente a la del oficialismo.
En su libro “Sin Reservas”, el ex titular del Banco Central de la República Argentina, Martín Redrado, pondera en algunos pasajes la actitud exhibida por Massa en los tiempos en que ocupaba la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación. Lo caracteriza como un funcionario sinceramente preocupado por la cuestión financiera y los siempre polémicos números compartidos, al cierre de cada período mensual, por el INDEC.
En otro orden, pocos podrán poner en duda que la gestión de Massa al frente de la Intendencia de Tigre ha sido más que aceptable. No obstante ello, el peso de la duda ha comenzado a ensombrecer tanto sus logros como su posición política. ¿Oculta Sergio Massa alguna suerte de pacto secreto con el oficialismo, con miras a garantizarle respaldo a la jefe de estado en su propósito de reformar la Constitución Nacional? El nativo de San Martín (GBA) tiene un problema: muchos ya se preguntan si su pasado como funcionario público en ANSES, su trayectoria como jefe de Gabinete, su poco honrosa presentación como aspirante testimonial y sus indefiniciones políticas son las credenciales más idóneas a la hora de encarnar una alternativa electoral distinta a la verborragia confrontativa que emana desde Balcarce 50. Otro cuestionamiento que comienza a hallar espacio en la psiquis del elector potencial, en los medios masivos de comunicación y en la propia dirigencia es si Massa -para el caso en que decida motorizar su proyecto por la vía de la lista propia- ordenará a sus aliados que voten en favor de una reforma constitucional que devuelva como resultado a una “Cristina eterna”.
A criterio de profundizar en el análisis, podría ser útil reparar en la identidad de sus laderos en el Frente Renovador Peronista: estos han sido (y continúan siéndolo) fervientes aplaudidores dentro de la tribuna cristinista. Tal es el caso del Senador Provincial por la Tercera Sección Electoral y ex concejal de Lanús, José Luis Pallares, servidor público que no deja pasar oportunidad para dedicarle sus logros legislativos a la figura del desaparecido Néstor Kirchner.
En medio de este panorama, son cinco los diputados provinciales -surgidos de las bamboleantes bancadas del PRO-Peronismo, de Proyecto Bonaerense y Tercera Posición- los que darán forma al armado del Frente Renovador en la Provincia de Buenos Aires. Es necesario referirse, en principio, a Rubén Eslaiman, hombre de San Martín, ligado políticamente a la legisladora de orden nacional Graciela Camaño, e ingresado a la Legislatura en diciembre de 2011. A este grupo, se suman el diputado de extracción gremial (por cierto, ligado a la CGT Azul y Blanca) Carlos Acuña, y la ex denarvaísta bahiense Verónica Couly. Esta última pondrá fin a su mandato al cierre del año en curso, tras haber dado presente junto al acaudalado businessman De Narváez, el PRO y, ahora, Massa.
El área de operaciones de Carlos Acuña se circunscribe a la Tercera Sección, subdivisión territorial en donde Sergio Tomás Massa aún exhibe mucho por construir. Cítese que Acuña sería el segundo legislador que suma a su espacio; el primero en llegar fue el ya mencionado Pallares, que aún integra la bancada del FPV-PJ en el Senado.
Aportan su voz al ya no tan incipiente club massista los diputados de Proyecto Bonaerense Ramiro Gutiérrez y Jorge Solmi. Ambos ellos, con antigua confluencia en el seno del denarvaísmo. El caso de Gutiérrez se presenta poco menos que curioso: supo ser presidente del Bloque Unión Celeste y Blanco regenteado por el ex accionista mayoritario de Casa Tía y América TV. Renovó su banca en 2011 pero, previo a asumir, dejó en ascuas a El Colorado. Mismo procedimiento mostrado por Solmi, algún tiempo antes.
Sobra decir que el presente marco describe un bloque constituído por diputados próximos a finalizar su mandato y que, en el mejor de los casos, no se han caracterizado por una trayectoria fija ni coherente a lo largo de los últimos cuatro años. A esta cofradía se le agrega un número no determinado de oficialistas díscolos -pero oficialistas timoratos, al fin-, con los que la fotografía logra completarse.
El alumbramiento del Frente Renovador Peronista trae a la memoria la obra compartida por otro alcalde del conurbano bonaerense, de relativamente aceptable gestión en su municipio y que compitió por fuera del oficialismo en las Elecciones Legislativas de 2009. Ocasión en la que pudo hacerse de una banca de diputado con su espacio Nuevo Encuentro. El lector avispado se notificará de que la referencia conduce a Martín Sabbatella, personalidad cuyos más cercanos antecedentes (AFSCA, Ley de Medios) sería innecesario profundizar…
Entre Sergio Tomás Massa y Martín Sabbatella subsiste, sin embargo, una diferencia notable. El de Morón militó en la Federación Comunista y el Partido Comunista Argentino. El hombre de Tigre proviene (al igual que Amado Boudou) de las filas del partido liberal-conservador UCEDE. Ninguno de los dos es peronista.
Los paralelismos arrojados al ruedo por Massa y Sabbatella terminan, de esta manera, coloreando un año electoral que muchos califican como de altísima importancia en la historia reciente de la República Argentina.
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