Massa dice (en privado) que podría romper con Cristina

El cristinismo da ahora por descontado que Sergio Massa no interferirá en su estrategia electoral para el 2013. Pero esto no es lo que el intendente de Tigre dice en reuniones privadas. Goza de muy buena imagen en todas las encuestas, superando en algunas a CFK en imagen positiva. En la última quincena mantuvo varias reuniones en las que volvió a hablar de que no descarta encabezar el año que viene la lista para diputados nacionales del peronismo disidente. Pero también precisó que, si opta por romper con el gobierno, no lo hará público hasta último momento y cuando ya esté iniciado el cronograma electoral. Tanto secreto tendría un motivo obvio: tratar de evitar, o posponer cuando menos, el previsible castigo al que lo sometería el cristinismo. En este punto, Massa puede verse en el espejo de Jesús Cariglino, intendente de Malvinas Argentinas, que desde que se plantó ante la Casa Rosada todas las semanas debe enfrentar una o más denuncias que intentan complicarlo judicialmente. De hecho, el tigrense ya sufrió por lo menos un castigo: él y sus aliados Luis Acuña (Hurlingham), Luis Andreotti (San Fernando) y Gabriel Katopodis (San Martín) no figuran entre los beneficiarios del plan de obras públicas que anunció días atrás Julio de Vido. Sin embargo, ayer señaló que además de extender el voto a la franja de entre 16 y 18, habría que establecer el voto electrónico para que no se cometa fraude electoral, en lo que fue un gesto de diferenciación del cristinismo. Enemigos en el gobierno no le faltan. Por ejemplo, en La Cámpora dicen que Massa que es un joven con los vicios de la vieja política. Un vuelco suyo a último momento lo llevaría a aliarse con Cariglino y los gremios que responden a Hugo Moyano. Es difícil, en cambio, predecir si Massa se puede llegar a entender el año que viene con el PRO.
Señales de agravamiento
Estos y otros preparativos para confrontar con el cristinismo estarían influidos por algunas señales preocupantes para la economía. Las intensas lluvias de agosto totalizaron 130 milímetros, algo infrecuente en ese mes. Así es que se registra una fuerte inundación en 40 distritos de Buenos Aires. Los pronósticos no son mejores: señalan que estará presente el fenómeno del Niño. Es decir que habrá bastante lluvia en septiembre, octubre y noviembre. El resultado puede ser tan grave como la sequía del año pasado. O sea, una cosecha magra por exceso de agua. Asimismo, la recaudación fiscal de agosto aparentemente subió el 29%, pero en realidad, despejando la contabilidad creativa, fue sólo del 26%. Y lo que va de inflación desde enero superará el 25% anual con seguridad. A todo esto, la economía, que crecería de 0 a 1% este año, llegara sólo al 2% en el 2013, debido a lo dicho sobre la cosecha y por la lenta recuperación de Brasil.
Por último, una versión tribunalicia preocupa al gobierno: el juez federal Edmundo Carbone, que debe fallar sobre la acción de constitucionalidad de la Ley de Medios presentada por Clarín, según una fuente, podría inclinarse a favor de este grupo. Se trata de un juez a punto de jubilarse y un amparista acérrimo. De todas formas, si fallara a favor del gobierno, el grupo Clarín llevaría el caso a la Cámara de Apelaciones, probablemente con efecto suspensivo, en un camino que bien podría terminar en la Corte Suprema. Claro está que también puede ocurrir que Carbone no falle antes del 7 de diciembre, cuando caerá la cautelar que mantiene suspendida la aplicación del artículo 161 de la Ley de Medios que establece la obligación de desinvertir.