miércoles, 20 de agosto de 2014

LA NEGOCIACION DE LA DEUDA ES UN JUEGO

El Gobierno argentino está, sin dudas, decidido a hacer todo lo que haga falta

hacer para sostener e imponer sus propias condiciones de pago de deuda a

quienes quieran aceptarlas. El resto deberá seguir esperando para cobrar sus

acreencias.

En un discurso con fuerte contenido épico, el Gobierno presentó un proyecto

de Ley que pretende cambiar la jurisdicción de pago de una importante porción

de deuda para, de este modo, poder efectivizar el pago a los tenedores de

bonos que aceptaron los canjes de 2005 y 2010. Para el resto de los actores,

la oferta sigue siendo la que no aceptaron con anterioridad y que seguramente

tampoco aceptaran ahora, por que no se han agregado motivos fundados y

adicionales para que así sea. Lo único que soluciona el posible cambio de

jurisdicción para el pago de deuda es la efectivización de los pagos que hoy el

Gobierno no puede hacer por la medida judicial que trabó el Juez Griesa en

New York. Las condiciones preexistentes persisten, pero esta medida, como

casi todas las estrategias del Gobierno, redobla la apuesta en contra de

quienes no aceptan voluntariamente las condiciones que pretende imponer

nuestro país, y esto no hace mas que profundizar la problemática. Una

negociación es otra cosa y no la imposición de condiciones que, por otra parte,

no tienen ningún agregado a las que ya rechazaron los tenedores de bonos

con anterioridad, por lo que cabe pensar que no tienen motivos para aceptarlas

ahora. Además, con un fallo judicial de un tribunal de New York en su favor

¿Quién aceptaría condiciones en una negociación? Mas aún, después de tanto

tiempo de brabuconadas y dilaciones. En teoría de juegos se ha pensado y se

ha escrito mucho sobre los procesos de negociación y, aun bajo un análisis

bien simplista, cabe pensar que la medida propuesta por el Gobierno para

cambiar la jurisdicción, en el peor de los casos, mantiene las condiciones

imperantes hasta ahora y no mejora ningún resultado. Es decir, el mejor

escenario posible para nuestro país no es que, ante el cambio de jurisdicción

desde New York a Buenos Aires, acepten las condiciones, además de los que

ya las aceptaron, los que aún no lo habían hecho. Por algo la jurisdicción

anteriormente elegida era la norteamericana, y es por que en esas

condiciones, la fiabilidad de los bonos aumentaban y esto mejoraba las

condiciones de financiación del país. Quienes aun no aceptaron la oferta, con

la quita del 65%, no tienen ningún motivo por el cual aceptarla ahora. Y los que

ya la aceptaron, quizás se decidan a tomar nuevas medidas judiciales contra

nuestro país, no aceptando la nueva jurisdicción y reduciendo el porcentaje de

adhesión a los dos canjes de deuda anteriores. ¿Por qué razón alguien va a

aceptar la jurisdicción de pago Buenos Aires por sobre la de New York si ese

era uno de los motivos fundamentales para canjear sus bonos en 2005 y 2010?

El escenario de mínima es el preexistente y además, se crean más

posibilidades de que sea aún peor, en términos de porcentaje de aceptación de

las condiciones. Esto es simple de analizar desde la teoría de juegos. El

Gobierno no parece conocer otra estrategia que la de redoblar la apuesta

siempre y mantiene un comportamiento ciertamente errático y confrontativo,

como si llevándose por delante la legislación donde eligió emitirse la deuda se

pudiera resolver algo. Nos guste o no, de acuerdo con el Gobierno que la

emitió o no, la deuda, mas aún la existente en títulos públicos, está. Esto nos

obliga a pagar. Además, venir a poner en duda la moralidad de las finanzas

internacionales no hace más que mostrar la incomprensión de las condiciones

imperantes y de la economía internacional. Plantear erróneamente un

problema genera la imposibilidad fáctica de resolverlo. Parece que, teoría de

juegos no está en los programas académicos de algunas facultades de

economía. Ése es el problema, en realidad.



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