miércoles, 13 de junio de 2012

¿Y el día después?




Es habitual, que cuando una normativa, que implica un cambio en la sociedad civil con respecto a algún tema en particular, se generen diferentes espacios de debates acerca de sus consecuencias, o del porqué seguir adelante  o no.  En estos últimos días,  se ha generado una nueva controversia, con respecto a la posibilidad de despenalizar el consumo de droga y sus derivados –especialmente la marihuana-,  dado que varios sectores políticos plantean la derogación de algunos artículos de la Ley de estupefacientes que permiten el libre cultivo para consumo personal.

Sin dejar de obviar, que el narcotráfico es un tema preocupante y las drogas son un flagelo que afecta a la sociedad, más allá de su nivel económico, social y cultural; que su consumo lleva invariablemente a la autodestrucción; que es una adicción de alto riesgo y que afecta a millones de personas; yo me pregunto:¿No parecería en principio contradictorio, que dentro de la esfera pública, alcancemos políticas para la contención y prevención de adicciones al mismo tiempo que impulsemos iniciativas como estas? ¿Acaso no tenemos en cuenta la cantidad de familias afectadas por la droga, como cualquier tipo de adicción, como para legalizar un consumo?

Los que postulan a favor de la despenalización argumentan, que lo que vino realizando el estado con respecto a combatir al narcotráfico no alcanza. Los objetivos de prevención y lucha no se han alcanzado y dichos objetivos se sostienen en “prejuicios, parcialidades y/o arbitrariedades” por parte de los agentes de seguridad y de justicia, justamente por perjudicar las libertades individuales  garantizadas en la constitución nacional. Que se confunde consumidor y traficante. Que no evalúan los resultados “medicinales” de la sustancia. Yo digo: un consumo tan “inocente” cómo parece, ¿puede abrir el camino a una batería de nuevas drogas, bajo el precepto de “en mi casa puedo hacer lo que quiero”? ¿Acaso un ciudadano bajo los efectos de la marihuana es menos imprudente o inconsciente que un alcohólico, por ejemplo en la vía pública o en situación familiar? Ya que se compara que el alcohol y el tabaco dañan y están permitidos, ¿por qué permitir más cosas que deterioran?

Por otra parte, ¿es esto una preocupación de la ciudadanía argentina hoy? ¿No será el momento de empezar a pensar por parte de los legisladores cuáles son las problemáticas que la gente que los votó pretenden en que trabajen? Vuelvo a preguntarme: ¿no será el momento en la Argentina en plantear una reforma al código penal a través de un plebiscito vinculante donde la misma ciudadanía, tenga por primera vez, una clara decisión en un tema que nos preocupa a todos? A lo mejor de esta manera se mejoraría substancialmente – en general- la imagen de una dirigencia política que a lo largo de todos estos años no ha sabido interpretar- en muchos casos- los deseos de la población. ¿Quién puede garantizar desde el estado, el “Poder de policía” en el control del cultivo?

Todos estos interrogantes, más allá de cuestionar la operatividad de las políticas contra el narcotráfico, me hacen pensar que muchas veces, no vemos el trasfondo de la cuestión. Creo, que va más allá de garantizar la libertad de uno en tener el derecho de consumir. Una sociedad debe ser responsable como así también los que la conducen. Personalmente, creo que quienes tenemos la responsabilidad de tomar decisiones que afecten a nuestra comunidad no debemos dejar de ver cómo afecta este problema. Debemos ofrecer oportunidades, lugares de contención, promover la actividad sana, como el deporte, escuchar a quienes están en contacto directo con los efectos del consumo de drogas. Generando oportunidades de discernir qué camino tomar y con quién contar. Por eso, a la hora de tomar partido de una decisión que afecta a miles, debemos pensar: ¿Y el día después?

                                                                                  Daniel Gambino
                                                           danielgambino@danielgambino.com.ar
                                                          danielcgambino@gmail.com

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