Los ruralistas cordobeses tendrán hoy de cuerpo presente a un protagonista relevante de los tiempos que siguieron al “no positivo” contra la Resolución 125, exactamente seis años atrás.
Los ruralistas cordobeses tendrán hoy de cuerpo presente a un protagonista relevante de los tiempos que siguieron al “no positivo” contra la Resolución 125, exactamente seis años atrás.
Después de ese pico de conflicto, Sergio Massa fue quien sucedió en la jefatura del Gabinete de Cristina Fernández a Alberto Fernández, un fusible de la rebelión agropecuaria. Y hoy, como precandidato presidencial, baja una línea que se despega considerablemente de aquella confrontación con los productores.
Massa llegará para su armado político en la provincia; se reunirá con industriales y con los dirigentes de la Mesa de Enlace local, en la sede de Cartez. Los referentes del agro podrán cotejar las diferencias y matices con los que hoy se presenta el diputado y líder del Frente Renovador.
La coyuntura económica y la caída de los precios de los granos ponen distancia de la bonanza que gatilló las retenciones móviles en marzo de 2008. Los márgenes económicos de las producciones más relevantes, como las de soja y maíz, conforman –frente al ciclo que viene, 2014/2015– una amenaza no sólo para los chacareros, sino para el conjunto de la rueda económica.
Por esa razón, y mirando hacia atrás, en el sector se alimenta la idea de que, así como el Gobierno nacional no dudó en escalar las retenciones cuando los granos estaban en suba, ahora debería rebajarlas cuando se da la situación contraria.
Claro que, a 500 días del final de la actual administración, no son pocos quienes postergan las expectativas de cambio y de un mejor contexto recién para después de esa fecha, cuando ya estará en marcha el ciclo 2015/2016.
En las últimas semanas, ante las 44 entidades que integraron el Foro de Convergencia Empresarial, Massa prometió una rebaja de impuestos y una reforma tributaria, entre sus postulados como aspirante a la Casa Rosada.
Ante esos interlocutores empresarios, entre los que se cuentan los del agro, Massa se mostró “totalmente de acuerdo” con modificar el régimen tributario, al que consideró “injusto”, tal como pidió el Foro en uno de los puntos de un documento sobre políticas de Estado. El precandidato presidencial habló de bajar las retenciones al trigo, al maíz y a las economías regionales, y de eximir a las Pyme de las ganancias reinvertidas.
Aun con ese dato, los productores son cautos: reparan que las experiencias pasadas indican que cuando se produjeron cambios tributarios, el garrote cayó con más peso sobre el agro.
La cuestión tributaria es una de las asignaturas pendientes como política de Estado; ejecutar una reforma que logre consolidarse como tal implicará un gran cambio –hasta de orden cultural– que deben encarar la Nación y las provincias. Y sería, tal vez, la acción más progresista que una gestión de gobierno podrá dejar como herencia y pilar para el futuro.
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