La miel de abejas es muy popular por sus innumerables beneficios para el organismo, ya que está compuesta por minerales como sodio, potasio, magnesio, calcio, hierro, manganeso, cobre, fósforo, zinc, selenio, vitaminas A, B y C, lo que la convierte en un excelente antiséptico, regenerador celular, reconstituyente cerebral, digestivo por excelencia y poderoso relajante, entre otros tantos fabulosos beneficios.
Pero, en ocasiones es posible comprar miel “mala” y por ello nos perdemos de esos tan preciados beneficios que nos brinda. Lo que pasa es que, desafortunadamente, la miel pura y la adulterada pueden ser confundidas muy fácilmente. Es por eso que aquí explicamos cómo puedes distinguir una miel pura de una miel que ha sido adulterada.
Como verificar la pureza de la miel
Lo primero que debes hacer es revisar la etiqueta del envase de la miel, buscar la lista de ingredientes (todas deberían tenerla) y corroborar que no tenga ningún tipo de aditivos como puede ser el jarabe de maíz de alta cantidad de fructosa (que también en exceso es perjudicial para la salud) o la glucosa comercial la cual es una sustancia azucarada que se obtiene generalmente por hidrólisis del almidón de maíz, que contiene además de glucosa, dextrinas que no permiten que la miel se “azucare”.
También debes saber que todas las mieles (si bien es cierto que inicialmente se encuentran en estado líquido) al cabo de algún tiempo y salvo raras excepciones, tienden a “azucararse”, de manera tal que esta tendencia es una propiedad natural y no una causa de adulteración. Por lo tanto, la miel pura se cristaliza o “azucara”. Esto no es un problema, es así, así que si la miel que le compras a “X” se azucara, es pura.
Otras de las cosas que puedes realizar para saber qué miel escoger es observar si la miel tiene un anillo de cera en su superficie. La miel realmente pura debería tenerlo. Además, debe ser bastante líquida. Las mieles adulteradas suelen ser espesas, ya que para obtenerlas mezclan la mitad de miel pura con otra mitad de glucosa diluida en agua y sabor artificial a miel, entre otros.
Una vez que hayas comprado la miel y quieras probar su pureza puedes colocarla en la heladera por unos días. Con el frío y la oscuridad se acelera el proceso de cristalización, lo que corrobora la pureza. Se puede tornar un poco blancuzca, desde el fondo hasta el tope del envase, esto es normal en las mieles puras.
Una vez que hayas comprado la miel y quieras probar su pureza puedes colocarla en la heladera por unos días. Con el frío y la oscuridad se acelera el proceso de cristalización, lo que corrobora la pureza. Se puede tornar un poco blancuzca, desde el fondo hasta el tope del envase, esto es normal en las mieles puras.
Se puede intentar con el gusto, también, probando una cucharadita de miel y fijándose en la sensación que deja, que puede ser un picorcito en la garganta o la lengua un poco aletargada, sensaciones que dejan sólo las mieles puras.
Otros de los trucos para corroborar su pureza es colocar una cucharadita de miel en un vaso con agua. Si la miel no es pura, se disolverá en el agua; y si es pura, se quedará junta y se hundirá como un sólido en el agua.
Puedes encender una vela o fósforo, y sumergirlo en la miel por unos segundos. Luego sácalo y sacúdelo bien. Trata de encender la vela o el fósforo, si la miel se quema, es pura. La presencia de agua en la miel adulterada, previene que ésta se queme.
Puedes encender una vela o fósforo, y sumergirlo en la miel por unos segundos. Luego sácalo y sacúdelo bien. Trata de encender la vela o el fósforo, si la miel se quema, es pura. La presencia de agua en la miel adulterada, previene que ésta se queme.
Prueba con un trocito de algodón limpio. Sumerge el algodón dentro de la miel, no necesita ser mucha, y si ésta es pura cubrirá todo el algodón.
Deja caer unas gotas de miel sobre papel secante, y observa si la absorbe. Si la miel es absorbida, entonces no es pura. Si no tienes papel secante, echa un poco de miel en una prenda blanca y luego limpia la prenda. Si queda alguna mancha en la prenda, entonces la miel muy probablemente no sea pura.
Mezcla partes iguales de miel y de alcohol, y remueve bien. La miel pura no se disolverá y se irá hacia el fondo del recipiente, mientras que la miel adulterada se mantendrá disuelta en la solución, haciendo que ésta obtenga un color blancuzco.
Sumerge un pedazo de pan viejo dentro de la miel. Si pasados 8 o 10 minutos, el pan está firme y no aguado, la miel es pura.
Coloca un poco de agua dentro de la miel, y agrega unas 2 o 3 gotas de esencia de vinagre. Si la solución se hace espumosa, es una miel adulterada.
Calienta un pedazo de alambre de acero inoxidable e insértalo en la miel. Si la miel es pura se adherirá al alambre, y no volverá de regreso al envase.
Es bueno saber, que el color de la miel no indica su pureza, como algunas personas suelen pensar. El color solo depende de qué tipo de flor han tomado el néctar las abejas. Lo mismo si se forman burbujas cuando volteas el envase, ya que eso depende tan solo de cuan lleno esté el mismo.
Ahora que ya sabes cuándo una miel es pura, puedes disfrutar al máximo de sus beneficios. Recuerda, ¡la miel cuida de nuestro organismo como el mejor de los médicos!
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