martes, 1 de octubre de 2013

Sergio Massa: una estrella política en ascenso en Argentina

Le arrojaron piedras y huevos durante una caravana en uno de los suburbios desfavorecidos de Buenos Aires, durante la semana pasada. Sergio Massa, la estrella en ascenso de la política argentina, habrá supuesto que eso era un poco de lo que se venía.
A pesar de que el precio de los bonos argentinos se haya equiparado luego de que el joven Intendente de Tigre, un distrito de la Provincia de Buenos Aires, haya truncado al candidato elegido por la Presidenta Cristina Fernández en las primarias de Agosto, los seguidores de la presidenta le han dicho de todo al recién emergente Massa, menos alentarlo, y lo culparon de la derrota a Cristina. 
El ascenso del liberal (“business-friendly”) Massa, quien está trabajando para convertirse en el principal rival de Cristina Fernández en las elecciones de medio término del 27 de Octubre, ha sido posible a través de construir apoyo con políticas autárquicas económicas y con la necesidad del país de encontrar una nueva estrategia –no sin mirar hacia los créditos internacionales.
Pero hay algo inusual en el surgimiento de Massa, quien es uno de los principales candidatos potenciales para las elecciones presidenciales de 2015. Viene del mismo movimiento político del cual Fernández proviene: el Peronismo, la singular contribución argentina al pensamiento político global.

Muchas veces similar al PRI de México, el cual mantuvo el poder por siete décadas hasta 2000 y que recientemente ha vuelto a controlar la presidencia, el movimiento ideológico y escéptico del Peronismo es conocido por su habilidad de reinventarse.
“El peronismo usa ideologías tal como si fuesen abrigos en un guardarropas, los cuales cambian dependiendo de la temporada” dice Ricardo Alfonsín, un líder opositor. “En invierno, por supuesto, uno se pone un abrigo grueso y en verano, uno se pone un abrigo liviano”.
Como en el verano donde China incentivó el boom de los commodities se transforma en otoño, la necesidad de cambio de abrigo de Argentina es clara. Y no pasará mucho hasta que cambie. Según las encuestas será imposible para Fernández ganar la mayoría de dos tercios [en el Congreso] necesarios para cambiar la constitución, para que pueda presentarse a un tercer término.
Entre la lista de los problemas de Argentina está una economía agobiada con doble contabilidad y déficits presupuestarios y aislamiento de los mercados internacionales desde el default de 2001.
Massa abordó estos problemas durante el verano [por el verano del hemisferio Norte]. “Es importante que tuvimos una política de reducción de deuda en el pasado y que nos permitió reestructurar la deuda y comenzar nuevamente”, comentó a la audiencia de empresarios. “Pero es importante entender que en un mundo con enorme liquidez hay oportunidades que estamos perdiendo”.
El estilo arrogante de Fernández desmotivó a los votantes que están cansados de la corrupción, cuando algunos de sus propios colaboradores más cercanos están envueltos en escándalos de dicho tipo. La semana pasada Guillermo Moreno, Secretario de Comercio, fue procesado por “abuso de autoridad”.
“Las campanas están sonando –y todo el mundo sabe a quién apoyan”, dice Juan Carlos Torre, un sociólogo de la Universidad de Torcuato Di Tella, en Buenos Aires, y experto en el Peronismo. “Desde el momento en que se prueba que el reino de Cristina está terminado, sus seguidores la abandonarán en masa hacia otro líder, para que el Peronismo siga estando en el poder”.
Massa, de quien los encuestadores dicen, podría duplicar en Octubre la diferencia de 5 puntos que alcanzó con el candidato de Fernández en las primarias de Agosto, ofrece un alcance más pragmático.
Aunque provenga del mismo partido que Fernández, casi nada es imposible dentro del Peronismo, un movimiento nacionalista y popular con raíz en la clase trabajadora que ahora incluye varias facciones, las cuales en general se contradicen en lo que piensan.
Incluso el mismo Papa se describió como Peronista, tal como lo hizo el anterior Presidente Carlos Menem, un liberal responsable de muchas de las políticas que Néstor Kirchner y su esposa Fernández se dedicaron a deshacer.
Sin embargo, es improbable que Massa ofrezca un quiebre radical con el pasado. Por un lado, él fue el Jefe de Gabinete de Fernández de 2008 a 2009. Por otro lado el mes pasado él afirmó “la economía está estancada pero la solución no es devaluar o cortar el gasto”.

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