miércoles, 13 de marzo de 2013

Tendencias alimentarias: ¿comemos igual que en el pasado? 

En estos tiempos de cambios, la tendencia conduce a una alimentación más consciente y cercana, más igualitaria y fresca...


Instituciones investigadoras estadounidenses, las denominadas "think tank", especializadas en alimentación y mercados han concluido qué deparará a la alimentación la década que conduce al año 2020.
Según los especialistas, regresa la práctica casera de conservar alimentos, el varón se afianza en la cocina, los carritos de compras se llenarán a diario y con productos locales, el consumidor exigirá información nutricional, será más osado en nuevos sabores, se ayudará de las nuevas tecnologías para comer en casa y para hacerlo fuera de casa y valorará los pequeños detalles tanto en la elección de los alimentos como en la preparación y el servicio de los mismos.
Vuelven las latas y conservas caseras
La seguridad de los alimentos, el regreso del valor de lo casero y auténtico y un mayor conocimiento y control de los productos motivan que costumbres que parecían perdidas y se rechazaron por añejas se reintroduzcan en los modos del siglo XXI. Conservar alimentos de manera casera se afianza como una práctica aplaudida e imitada.
Para hacerlo bien, se deben conocer las claves de las conservas, la técnica del baño maría, la elección de las tapas y cumplir unas indicaciones generales para evitar cualquier riesgo de una enfermedad transmitida por los alimentos
El varón se pone el delantal
La alimentación familiar ya no es en exclusiva responsabilidad femenina, al menos así lo sugieren las nuevas tendencias. Si bien el varón ocupó el espacio del cocinero profesional que abandonó la mujer en el siglo anterior, en este entra con fuerza en las preparaciones alimentarias domésticas. Las cocineras rechazaron el oficio porque, según describió el director y guionista de cine Joaquín Oristrell en Dieta Mediterránea, "necesitaban huir de la cocina para reivindicar su espacio en la sociedad". Ahora el hombre entra en los fogones familiares porque en ellos también encuentra su espacio social. Las familias del siglo XXI son tan diversas, que los roles y las funciones domésticas no se discriminan por género.

La información nutricional y energética es básica
Las campañas contra la obesidad infantil y la adulta, las alertas por las consecuencias mortales de una mala alimentación y la necesidad de dietas sanas y equilibradas han evidenciado que el consumidor necesita información sobre el valor energético y nutricional, que le permita evitar cometer errores y le ayude a contar calorías con facilidad. Según especialistas, en los próximos años, van a proliferar los restaurantes saludables, dirigidos por cocineros-dietistas o formados para difundir la alimentación saludable.
La búsqueda y aceptación de lo nuevo
La legislación específica, el compromiso de la industria, las instituciones expertas y el aumento de investigaciones y conocimiento empírico han logrado un nivel de seguridad alimentaria loable. Mejorará, pero sin duda hoy protege al consumidor. Desde la confianza en el mercado, el consumidor será atrevido y estará abierto a alimentos novedosos y exóticos, a cocinas alternativas como la de ensamblaje o lejanas, como la japonesa.
Los alimentos actuales son diferentes porque el consumidor es diferente. La década actual confirmará lo apuntado a comienzos del siglo XXI: “el consumidor determinará el mercado, un consumidor cada día más formado y con un criterio más riguroso”.

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